Caitlyn se giró en la cama y soltó un suspiro, estirando el cuello contra la almohada. Estaba algo adolorido, esa molestia leve que indica que no dormiste bien. Las almohadas se sentían demasiado blandas, así que intentó acomodarlas un poco antes de darse cuenta de su entorno.
Este no era su cuarto.
Se quedó quieta en la cama, mirando a su alrededor. Las paredes grises estaban decoradas con carteles de películas y algunas obras de arte. Había una silla con ropa amontonada, un par de pesas en el suelo al lado, y un espejo de cuerpo entero, ligeramente inclinado en una esquina, que le permitió verse a sí misma, recargada en los codos, completamente desnuda.
De inmediato, los recuerdos de la noche anterior le invadieron la mente: los besos con Vi, los labios de Vi bajando por su cuello, las manos de Vi presionando contra sus muslos, el roce de su cabello entre los dedos de Vi, y la sensación de su cuerpo cerca del de ella…
—Mierda —murmuró Caitlyn, sentándose rápidamente y sosteniendo las sábanas contra su pecho mientras miraba alrededor en busca de su ropa. El espacio vacío a su lado en la cama estaba desordenado, las sábanas revueltas por el movimiento de la otra persona al irse. Sus prendas estaban ahí, sobre las sábanas, recogidas del suelo, donde las habían dejado la noche anterior.
Caitlyn agarró rápidamente su sujetador y su camiseta, poniéndoselos apresuradamente. Desde la cocina, oyó ruidos de alguien moviéndose y, en un instante, se sintió algo nerviosa al recordar que Vi vivía con su hermana.
—Mierda —volvió a decir, apresurándose a ponerse la ropa interior y los pantalones. Se los subió mientras caminaba rápidamente hacia la puerta. Al asomarse por el pasillo, vio el cabello rosa de Vi en la cocina y, aliviada, ajustó los pantalones mientras se acercaba.
Vi estaba de espaldas, trabajando en la pequeña cocina mientras preparaba un batido. El aroma a huevos y cebollas cocinándose en la sartén llegó hasta Caitlyn. Vi estaba quitando la tapa de la licuadora, golpeando suavemente el exceso hacia el interior del recipiente.
—Buenos días —dijo Caitlyn, para anunciarse, con la voz algo rasposa, tratando de sonar relajada. Vi se giró un poco, mirándola, y la expresión de su rostro era algo curiosa.
—Oh, hola. Estaba por ir a ver si estabas bien. No sabía si tomas café o té, pero el agua ya está hirviendo, y... bueno, si prefieres café, hay una máquina de cápsulas —dijo Vi, señalando la cafetera que estaba al otro extremo de la encimera, junto al hervidor—. Si quieres, sirve lo que necesites.
Caitlyn asintió y fue hacia la cafetera, poniéndole la taza debajo del dispensador y seleccionando una opción. Mientras la máquina comenzaba a funcionar, Caitlyn observaba a Vi, que seguía revolviendo los huevos en la sartén.
—Estoy haciendo la tostada esa que me mostraste en el video —comentó Vi, con la voz un poco tensa, como si intentara sonar casual—. No sabía qué más te gustaba, pero tenía hambre, así que hice suficiente por si acaso.
—No, está perfecto —respondió Caitlyn, tomando la taza de café recién hecha. Sopló suavemente la espuma antes de dar un sorbo—. Gracias —añadió, al ver que Vi no respondía.
Un silencio cayó entre las dos, mientras Caitlyn tomaba su café y Vi su batido, ambas concentradas en la comida. Cuando terminaron y los sándwiches estuvieron listos, Caitlyn se dirigió a uno de los taburetes en la barra, mientras Vi optaba por quedarse de pie al otro lado.
—Entonces, eh… —Vi miró su sándwich, claramente pensativa—. Perdón, mierda, no sé qué hacer en esta parte. Nunca he tenido a una chica quedándose en mi casa.
Caitlyn optó por no responder y siguió comiendo su sándwich.
Vi soltó una risita. —Suena horrible, ¿verdad? Mierda. Pero bueno, esto no es lo común. No fue una de esas aventuras de una noche, solo estábamos desestresándonos, ¿no?
—Sí —dijo Caitlyn entre bocado y bocado, mirando su plato—. Tu pobre sequía. Creo que te hice un favor.
Vi relajó los hombros, asintiendo mientras tomaba un gran bocado de su sándwich. Luego le guiñó un ojo a Caitlyn. —Y yo pensaba que te estaba haciendo un favor a ti.
—Hmm —Caitlyn pensó por un momento, terminando de comer—. ¿Dándome una probada de la experiencia, fue eso?
—Dijiste que querías cometer un error —Vi la miró, levantando un brazo como si la empujara suavemente—. Y yo soy el error favorito de todos.
—Dios, realmente haces un favor a esas chicas yéndote tan temprano para que no tengan que aguantar esto —dijo Caitlyn con una sonrisa traviesa—. El recuerdo de la noche es lo único que se queda.
—No olvides poner eso en mi perfil de Yelp —dijo Vi, guiñándole un ojo. Caitlyn no pudo evitar soltar una risa, apoyándose en el mostrador mientras trataba de mantener una expresión seria. Vi simplemente sonrió. —Entonces, ¿qué tal? —preguntó en un tono bajo, acercándose un poco—. ¿Estuve a la altura de lo que esperabas?
Una sonrisa tímida apareció en el rostro de Caitlyn, mientras trataba de ocultar su emoción, pero antes de que pudiera decir algo, un ruido desde el vestíbulo las interrumpió.
—¡Oye, Vi! ¿De quién es el coche afuera?
El portazo y la voz de Jinx las congelaron a ambas. Se quedaron mirándose, con los ojos bien abiertos, y en esos segundos, algo se entendieron sin palabras. Sin pensarlo, Caitlyn se agachó rápidamente y se escondió tras la isla de la cocina, justo cuando Jinx entraba, con un café helado en una mano y el bolso colgado del brazo, mirando su teléfono. Levantó la mirada, cruzó los ojos con Vi y movió la cabeza hacia la puerta de afuera.
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Rumores (Terribles y Verdaderos) - Traducción
FanfictionEsta es una adaptación al español de Rumours (Terrible and True), una historia creada por el usuario SunsetSharkbite en Ao3. -Siempre me sorprende cómo no terminas secuestrada o muerta en algún callejón. Tu suerte es casi molesta.- -¿Qué te puedo de...