Noticia de último momento (Harry y Hermione)

4: Consecuencias

Harry se sentó en la mesa del comedor, una taza de té en las manos. La luz de la tarde se colaba por la ventana, pero no le importaba. Estaba sumido en sus pensamientos, intentando olvidar lo que había sucedido esa madrugada. Pero cuando abrió el "El Profeta", la realidad lo golpeó de lleno.

La portada, que normalmente contenía las noticias más relevantes del día, estaba ocupada por una fotografía a todo color. En ella, Harry y Hermione se besaban frente a la entrada del Ministerio de Magia. Era una foto tan nítida y clara que Harry no pudo evitar sentirse como si todo su mundo se hubiera desmoronado en ese mismo instante.

El titular lo decía todo:

"La Ministra de Magia y el Auror Potter: ¿Un romance secreto? Foto exclusiva de un beso furtivo"

Los ojos de Harry se desplazaron rápidamente por el artículo. La fotografía mostraba a él y a Hermione en un abrazo cercano, completamente ajenos al mundo, sin importarle que su beso fuera captado por un fotógrafo invisible. 

Y el artículo no dejaba espacio a dudas: Skeeter insinuaba que no solo era un beso, sino un affair secreto entre ellos, basado en años de complicidad en el Ministerio. Había referencias a las numerosas misiones conjuntas que habían tenido, a los rumores sobre su cercanía... La periodista no escatimaba en detalles, ni en implicaciones.

Pero lo que más lo perturbaba era la forma en que había sido publicada. Esa imagen, completamente real... Harry sintió un nudo en el estómago. Necesitaba hacer algo. 

Ya.

Esa misma tarde, Harry se dirigió al Ministerio acompañado de Tonks, que le había ofrecido su apoyo incondicional para enfrentarse a Rita Skeeter. Mientras caminaban por los pasillos del Ministerio, Harry no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido.

—¿En serio, Harry? ¿Fue verdad? —Tonks preguntó con su tono habitual de burla, pero con una pizca de curiosidad. Sus ojos brillaban con esa chispa que siempre la caracterizaba.

Harry se detuvo un instante, sintiendo que la mirada de Tonks lo traspasaba. No estaba seguro de cómo responder, pero finalmente, con algo de vergüenza, murmuró:

—Sí, Tonks. Fue... verdad. Fue un momento de debilidad. Hermione y yo...  Y ahora todo está fuera de control.

Tonks se detuvo también y lo miró con una sonrisa traviesa.

—¿Sabes? No me sorprende... Yo siempre pensé que algún día acabarías casándote con Hermione. Jamás entendí cómo terminaste casado con Ginny. —Tonks soltó una risa ligera y sin malicia, pero el tono en su voz era claro: ella había visto algo que Harry no había notado.

Harry, sorprendido, frunció el ceño.

—¿Tú también lo pensabas? —preguntó, incrédulo.

Tonks asintió, sin perder la sonrisa.

—Sí, claro. Es obvio, ¿no? La forma en que te cuidas mutuamente, cómo se entienden sin palabras... No sé, siempre lo vi claro. Pero bueno, ya veo que las cosas no son tan simples, ¿verdad? —Se encogió de hombros, antes de añadir en un tono más serio—. No te preocupes, Harry. 

Harry suspiró. Las palabras de Tonks, aunque amables, solo le daban más peso a la situación. No podía seguir en esa encrucijada.

—Mantendré el secreto por ahora, pero... por tu propio bien, haz lo correcto. Y si eso significa tener que... persuadir a Rita Skeeter para que diga que trucó la imagen, está bien. Por Ron, y Ginny, ¡Y tu propio pellejo, Potter!

—Lo haré, Tonks. Necesito arreglar esto. Necesito que todo esto se aclare antes de que se nos escape mucho más de las manos.

Tonks, siempre un poco más relajada en su enfoque, parecía disfrutar de la misión que tenían por delante. A Harry, sin embargo, le pesaba la cabeza, y sus pensamientos se entrelazaban entre lo que acababa de vivir en casa y lo que aún quedaba por resolver.