Dazha Zarém Krasny
—Me alegra que hayas decidido quitarle el rol de consejera del Zethee— empieza Lezanger antes de que yo termine de dejar el salón —Dakota puede llegar a ser una molestia cuando se lo propone. Lo que dice no tiene sentido, es casi la opinión que tenía la corte antigua sobre ti ¿O no? —sugiere supongo que a mi madre.
Su cuestionamiento casi me hace detener, pero continúo avanzando.
—Dazha no tiene nada personal en contra de Andmeé— contradice Leohark, aclarando el punto sabiamente —A lo que se refiere es que Montemagno debería ser el primer amor del Zethee.
—Es cierto— conviene papá —Fue el mío durante mucho tiempo. El trono es una amante que exige mucho, no todos están a la altura para satisfacerle en lo que pide. Yo lo hice. A cambio me dio algo superior, que es por lo que vivo ahora.
—Como sea— sigue quejándose Kham —Acaba de decir que el defensor de la causa debería ser así, pero no lo elegiremos nosotros.
—Así es —vuelve a conceder mi padre —Su sugerencia es que sobre aquel que sea puesto dicho manto debe adoptar esta adoración.
—¿Lo que los vampiros querrían oír? —propone Lezanger.
—Sí.
La afirmativa de mi papá es lo último que escucho antes de que se cierre la puerta. La comitiva que me escolta se acomoda en torno a mí acompañándome hasta las ruinas donde Aevë hará su presentación, y por tanto donde se prepara. Antes de llegar me encuentro con Batista, quien asiente hacia mí a manera de saludo y yo le correspondo.
Abandonado al paso del tiempo durante siglos, sus recientes cuidados le han devuelto parte de su vieja gloria al antiguo palacio. Los muros principales aún exhiben los colores del material original. Grandes y robustas columnas flanquean la entrada, todas talladas con símbolos zansvrikos que narran las historias de los más antiguos Zethees. Los patios exteriores, antes invadidos por la maleza y el polvo, han sido aseados. En los salones, la pintura no ha sido restaurada porque solicité la mínima intervención posible, pero sí se logró acoplar los fragmentos originales de los detalles preservados y que ahora relucen. Dentro se percibe una mezcla de misticismo y solemnidad. Admirando las mejoras camino hasta el salón donde mi prima se alista.
—Lamento que mi papá no me haya permitido estar contigo en el altar como mi tío sugirió— le digo al entrar. Organiza pequeños rollos de pergamino que ha de repartir.
—Está bien, no esperaba tener compañía en la conferencia.
—Ni la necesitas. Aunque me habría gustado estar allí para complacerlo a él... y a ti, si lo deseabas.
Sus ojos profundos, cuyo intenso verde resalta por el contorno negro de su maquillaje, se fijan en mí como esperando que revele a qué he venido.
—En la reunión no te dije que no defendieras los derechos de Aris para amenazarte, sino para protegerte. No me gustaría que los errores de Adrián te arrastraran a ti, eres importante para el nuevo Montemagno, pero tienes que entender que este nuevo Montemagno no puede ser aquel con el que él sueña. Así como tú, yo reconozco que sin los actos radicales del señor de los cadáveres, la casa del sol no hubiera podido parir nuestra dinastía. Y se lo he dicho. Pero es todo.
—¿Fuiste a ver a Aris? —se impresiona con emoción.
—Sí. Me gustaría que ajuste su criterio por el bien de todos y el suyo propio. No fue un encuentro esperanzador lamentablemente.
—¿Entonces no lo apoyas? —pierde entusiasmo y gana recelo.
—No. Su aspiración es una ilusión peligrosa y autodestructiva.
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Herencia Roja | Libro 13
VampireContinuación cronológica de Reverdecer Vampírico - Saga Crónicas Zansvrikas ♥ Sinopsis: La dinastía León se fortalece. Un nuevo comienzo emerge de las ruinas, soplan vientos buenos de transformación. Sombras del pasado regresan como peligrosas amena...