Capítulo 2

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El camino se le había hecho eterno, pero por fin había regresado a su aldea. 

Muchos años había estado alejado de su familia. Muchos años tuvo que abandonar a su padre y a su hermano menor con tal de proteger lo más importante para Konoha.
Sin embargo, le alegraba haber regresado a sus raíces, sobre todo cuando sabía que podía quedarse allí durante mucho tiempo para poder crear el vínculo que nunca tuvo oportunidad de hacer con Sasuke.

En cada misión, había sido explícito en pedir información del niño. Se había alejado de él cuando apenas era un bebé y no quería encontrarse con un desconocido.
Sus datos, lo que hacía, como se encontraba de salud y las distintas fotografías que su padre le había dado al Hokage para que pudieran llegar a él, las mantenía en su memoria y bien resguardadas en uno de sus sellos.

No había tenido la oportunidad de presentarse a la segunda boda de su padre. Si bien le habían informado que había sido algo privado, era un evento que no tendría que haberse perdido. Aún así, conocía a su esposo a pesar de no quererlo.

Porque Minato era la persona más importante para su misión, teniendo que crear estrategias, mentiras y falsas realidades con su poder, para que Akatsuki no pudiera llegar al doncel.

Después todo, no solo Minato corría riesgo, porque si lo encontraban, destruirían a su clan y en consecuencia, a toda Konoha.

Podía sentir a los guardias a sus espaldas, escoltándolo hacia la torre Hokage. No les dio atención, después de todo, sabía que lo hacían más que nada por la seguridad de la aldea y lo que pudiera pasar si veían a un ninja desconocido correr por sus calles. Una estupidez, según él, porque Itachi podría destruir a cualquiera en poco tiempo.

Ingresó a la torre en cuanto llegó, bajando su velocidad a medida que se aproximaba al lugar y subiendo con calma las escaleras.

Hizo sonar la puerta de la oficina con tres suaves toques y en cuanto el líder de la aldea le permitió el acceso, ingresó al cuarto observando a los ancianos del consejo que se encontraban de pie esperando su llegada.

—Es un gusto volver a tenerte en la aldea, Itachi.—El joven asintió con su mirada seria.

No demostraba ningún tipo de emoción. No había cansancio en sus facciones y aunque les pareció extraño, tampoco felicidad por volver a la aldea en la que nació o ansiedad por llegar a su familia.

>>Haz hecho un trabajo excelente en esta misión.—Continuó el anciano.— Y en nombre de todos nosotros, agradezco tu extenuante labor.

Sarutobi se puso de pie y junto al consejo, se inclinaron frente al azabache agradeciéndole lo que había hecho por su aldea.

—Se que debes estar cansado.—Sus ojos negros enfocaron al anciano de cabello corto que se sostenía de un bastón.— Ve a descansar que ya es tarde. Pasa tiempo con tu familia y mañana te esperamos para que decidas a que sección te quieres unir. Tu lugar en ANBU sigue disponible si así lo deseas.

Itachi lo vio con atención. Su mirada no indicaba absolutamente nada y sus ojos negros ya no brillaban de emoción como cuando recibió la aceptación para pertenecer a dicha organización.

—Con todo respeto, Shimura-San, voy a tomar un descanso.—Habló con su molestia oculta bajo su máscara de seriedad. Le resultaba molesto tener que volver a cumplirle a la aldea en misiones luego de haber estado por años en una.— Supongo que pueden entender. No tengo pensado estar en el servicio de momento. Como usted dijo, quiero disfrutar de mi familia y tomarme un tiempo. He estado alejado de mi clan durante muchos años.

La mano huesuda del anciano, presionó el bastón con fuerza y aún cuando la molestia era notoria en su rostro, habló con amabilidad y respeto.

—Por supuesto, comprendo. Creí que querrías volver a ser el capitán del equipo Ro, me disculpo por apresurarte.

Ángel (ItaMina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora