Catorceavo capítulo

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Catorceavo capítulo



-¿En serio querías besar a ese tío?- Preguntó Caín. Acabábamos de subir a su coche, después de que me hubiera sacado de la fiesta en casa de Blake en brazos, mientras todo el mundo nos miraba.

-No Caín, no quería besar a ese tío.- Respondí lentamente, entonando bien cada palabra, para que le quedara claro que no quería que me volviera a preguntar. él esbozó una leve sonrisa, y, pocos segundos después, su expresión se tornó seria; cómo de costumbre.

- Y, ¿sigues pensando que lo nuestro fue un error desde el principio?- Reí irónicamente.

- ¿Es que ha existido "lo nuestro", en algún momento?- Él me miró mostrando una obvia molestia ante mi respuesta.

-Me has entendido, Lexa. Responde.- Suspiré, y fijé mi mirada en la carretera.

-Sí, lo sigo pensando.- Noté como me miraba, pero decidí seguir con la mirada clavada en la carretera. Aunque ni siquiera sabía a dónde estábamos yendo, e iba completamente en serio lo que había dicho de que esto había sido un error, no podía rechazar la oportunidad de estar cerca de él, aunque fuera por un rato.

-¿No hay nada que pueda hacer para que cambies de idea?- Sentí un escalofrío, seguido por un malo deja vu.

-La última vez que me preguntaste esto la cosa no acabó bien, para ninguno de los dos. Y tú desapareciste durante dos semanas.- Lo miré. -Dos semanas, Caín.

-Necesitaba pensar, centrarme en mi entreno y pasar un tiempo a mi aire.

-¡¿Dos semanas?! Si solo fuera no verte, vale. Pero es que ni siquiera te habías molestado en pedir mi número y mandarme un mensaje.

-Tú tampoco pediste mi número.

-Y encima, cuando consigo averiguar dónde estás y voy a verte, te comportas como un completo gilipollas conmigo.- Dije, ignorando por completo lo que él me acababa de decir.

-Estaba cabreado, no quería que estuvieras allí.- Dijo, casi sin poder terminar la frase, porque yo solo había parado de hablar para coger aire.

-Y después me traes a la fiesta de Blake, le tocas el culo a una tía en mi cara, y vuelves a comportarte como un completo gilipollas porque me ves besando a otro tío.

-Estaba cabrea...

-¡Deja de decir que estabas cabreado, Caín!- Le corté. -¿Eso no te da derecho a jugar conmigo! Este es uno de los motivos por los que estoy segura de que esto no va a ninguna parte, ¡cuando estás cabreado no piensas en nadie más que en ti! ¡Ni siquiera te importa cómo me haga sentir eso! - Caín paró el coche en medio de la carretera de forma brusca, y me miró.

-¡Me importa cómo te sientas! ¡Me importa mucho! ¡Crees que sabes cómo funciona mi cabeza, pero no tienes ni idea! !No tienes ni puta idea, Lexa!

-¡Eso es lo que he estado intentando desde que te conocí! ¡Entender cómo funciona tu cabeza, pero no me dejas hacerlo!- Grité más fuerte de lo que había gritado durante toda la discusión. Ya estábamos así otra vez; discutiendo. No podíamos estar más de cinco minutos sin pelear.

-¿No lo entiendes?- Dijo, sin gritar, y mirándome con una expresión con la que nunca antes lo había visto. -Si me conocieras solo un poco, no querrías acercarte a mí.- No entendía por qué Caín decía eso; me había atraído desde el primer momento, y, aunque a veces lo odiaba; a mí me parecía perfecto. Nada podía hacer que aquel chico de ojos verdes y mirada seria dejara de gustarme. -Por eso siempre desaparezco. Porque durante toda mi vida me había sido fácil no dejarme conocer por nadie; no mostrar toda la oscuridad que hay en mí; pero contigo es diferente, Lex. Cuando estoy contigo siento que solo puedo ser yo mismo, que no puedo evitar que sepas cómo soy si paso más tiempo contigo, y no quiero que eso pase.

𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐎𝐂𝐄𝐑𝐓𝐄 (Esquivando el dolor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora