Désir ⸨KOOKMIN⸩ 18+

T r e c e

Jungkook tenía claro que para lograr que Jimin cayese debía de parar con sus malos tratos, debía persuadirlo, lo cual sería todo un reto, él no estaba acostumbrado a ser el que toma la iniciativa, las mujeres siempre llegaban a él con facilidad y por decisión propia, por lo que engatusar a Park seria algo diferente por hacer.

—¿Y las juntas? —le preguntó a la rubia cuando le terminó de explicar lo que Jimin llevaba hecho de su campaña.

—Ya han tenido dos, como te lo dije, Kook, todo marcha muy bien, Park sabe lo que hace, está dirigiendo al equipo de manera excelente... se que no lo soportas, pero pareciera que forzosamente quieres encontrar una falla en él.

—No es por eso —le dijo y se puso de pie, caminando hasta la pequeña mesa de centro que había en la sala de la oficina, alcanzado de esta una carpeta—, si todo marcha bien, le daremos el presupuesto a Park para que haga un evento de lanzamiento.

—¿Evento de lanzamiento? —inquirió Jisoo sorprendida—, ¿para una campaña tan pequeña?

—Dices que lo está haciendo excelente, ¿no?

—Si, lo hace muy bien, pero sabemos que los eventos solo se hacen para campañas grandes.

—Creo que es buena estrategia también hacerlo para campañas pequeñas, así todos nuestros clientes se sentirán tomados en cuenta... al final será un beneficio para la empresa.

—De esa forma tiene sentido —reflexionó Jisoo las palabras de su jefe—, y por algo se ha invertido bastante en el auditorio de conferencias de la empresa.

—Correcto, es momento de sacar el provecho debido, toma —le dio la carpeta que tenía entre sus manos—, esto es para Namjoon, le haces saber que mi respuesta es no a sus absurdas propuestas.

—¿Es todo?

—Cuando veas a Park le dices que pase a mi oficina... que sea antes del mediodía, por favor, tengo que salir de la empresa a esa hora.

—Bien —habló y se puso de pie—, por cierto, gracias por hacerte cargo de Jimin y Jae en mi cumpleaños, todo se salió de control de repente, pero se que los llevaste sanos y salvos a casa.

—Claro —se limitó a contestar, no quería que se entrara en más detalles, no cuando su conciencia no estaba limpia.

—Bueno, iré a hacer estos pendientes —se despidió y salió de la oficina del director.

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—¿A-A mi? ¿a su oficina? —preguntó Jimin asustado—, ¿p-para que?

—No lo sé, pequeñito, simplemente me pidió que te notificara, y que por favor sea antes del mediodía, ya que tiene unos asuntos después de esa hora.

—Gracias —musitó, bastante asustado.

—Te veo luego, cielo —se despidió.

Jimin entró en crisis apenas estuvo a solas, pues a su mente rápidamente vinieron los recuerdos de la bochornosa noche que tuvo al lado de su jefe.

El día lunes voy a citarte en mi oficina, a primera hora, y vas a repetirme que soy un gruñón.

—Eres un bocón, Park Jimin —se regañó a sí mismo, sintiéndose ridículo y torpe—, ahora como vas a reparar tu metida de pata.

Antes de salir de la oficina bebió agua, por los nervios que tenía, sentía que su boca estaba seca, al igual que hidrato un poco sus labios, siempre que estaba nervioso empezaba morderlos, no quería estropearlos.