Déjame quererte.

Capítulo 30

Sorprendentemente mi padre había reaccionado emocionado ante la noticia de la carta de admisión de la universidad de arte de Londres.

Había llamado a Cecilia, a Tony y a su hijo Marcelo para celebrarlo.

Había comprado una tarta de turrón y chocolate donde la bandera de Inglaterra era el centro de la decoración.

Y a pesar de que le había dicho que trabajaría desde junio hasta agosto para poder pagarme los primeros meses de alquiler en Londres; y que más tarde buscaría allí algún curro de camarera para poder pagarme el alquiler... Él se había ofrecido a ayudarme a pagar la mitad de la casa todos los meses.

Había aceptado que trabajara y comenzara a comprender que era ser una adulta funcional que conseguía su propio dinero para poder permitirse las cosas. Pero aún así me había dicho que Londres era una ciudad muy cara y que me haría falta de su dinero para poder mantenerme todos los meses, a lo que yo, finalmente, había accedido.

Había quedado con Sofía y Nico el martes para ir al cine y después celebrar mi carta de admisión tomándonos algo en una terraza de algún bar barato de Madrid. Sofía ya había planeado su viaje a la ciudad gris; incluso había pensado en qué ropa se pondría y que lugares visitaría. Había invitado a Nico también, aunque él había respondido que todo dependería de como le fuera a la banda. Pues la mayoría de fines de semana tocaban por diferentes locales y garitos de madrid.

El único al que me quedaba por contarle la noticia era a Alex.

Y no sabía por qué, pero me atemorizaba decírselo.

Tal vez ese fuera el motivo principal por el que nunca antes le había mencionado el tema de que había enviado una solicitud de admisión a Londres. Quizás tenía miedo de que no lo entendiera o me juzgara. O quizás me daba miedo contárselo por que era la única persona que quedaba por saberlo, y después de él la noticia se haría demasiado real. ¿Qué sería de nosotros?¿Con lo que teníamos? Fuera lo que fuese aunque no estuviera definido para mi era demasiado real y me daba miedo perderlo.

***

Observaba su ceño fruncido debido a la concentración mientras lo dibujaba en el césped con sus apuntes en mi cuaderno de dibujo. Habíamos quedado para vernos en el retiro con la premisa de que él estudiaría un poco y yo dibujaría o leería.

Los últimos días apenas habíamos hablado, y a pesar de que seguía teniendo unas ojeras muy marcadas y parecía cansado la mayoría del tiempo... Había estado sonriente en el ratito que llevábamos sentados en la hierba. Había estado haciendo sus típicas bromas y comentarios con el único fin de molestarme o sacarme los colores.

Estaba trazando los músculos de sus brazos cuando de repente preguntó:

ー¿Cuáles son tus planes de futuro? ーSoltó los apuntes a un lado y se apoyó sobre su puño para poder mirarme.

ー¿Por qué? ーpregunté sin saber muy bien qué responder. Su pregunta me había pillado desprevenida.

ーEstoy cansado de mirar los apuntes de anatomía ーcontestó señalando las hojas llenas de dibujos, flechas y palabras.

Cerré mi cuaderno dejando el lápiz de carboncillo dentro para no perder la página. Luego inspiré hondo, observé el cielo azul y respondí:

ーQuiero sacarme la carrera, viajar y conocer el arte de todas las partes del mundo. ーLuego volví mi cara hacia la suya para ver como me estaba observando muy atentamente con aquella mirada tan intensa. Y por un segundo pensé que era un buen momento para contarle lo de Londres, pero cuando las palabras quisieron salir de mi boca me acobardé y continué ー. Quiero poder exponer mis obras en alguna galería, y finalmente tener la mía propia. También me gustaría mudarme y vivir en algún lugar cerca de la costa, quizás fuera de España ーreflexioné un poco más antes de responderー. Quiero vivir mi vida de modo que me sienta satisfecha cuando no me queden más momentos que vivir. Quiero que algún día cuando tenga ochenta años miré al pasado y piense, joder que feliz fuí y que orgullosa estoy de lo que viví. ーAlex me miraba muy atento, con cierto orgullo y admiración.