Elena Bosch
Luego de esa reunión en la que mis hermanos me pusieron un peso en los hombros, se me fue difícil volver a dormir, me puse a pensar sobre alternativas y lo que necesitaría, empecé buscando registros de las mujeres que estaban en este comando y encontré a las indicadas.
En la mañana siguiente llamaron a mi puerta para decirme que me asignaran con una compañera, ya que el periodo de bienvenida ya ha sido completado, agarré mis pocas pertenencias y seguí al capitán a cargo de la tropa en la que estaré por 6 meses. Tiene un buen cuerpo tonificado, se nota que levanta bastantes las pesas.
-Terminó de hacer su recorrido por mi cuerpo, Sargento Bosch- dijo con un tono frío.
Me puse de todos los colores, no sabía que estaban siendo vista, mientras me comía con la vista a este bombón.
-Yyyo solo.. solo estaba viendo sus tatuajes- me di un golpe mental, al ver que dije la mentira más patética.
El me dio un recorrido con su vista por todo mi cuerpo y me di cuenta que no le producía lo mismo que el a mi, pero cuando iba hablar, una voz conocida hablo.
-Terminaron de comerse con la mirada- dijo Franco dirigiéndose al capitán.
-Permiso para retirarme, Coronel- dijo el pobre chico por el estúpido de Franco, no le voy a perdonar que me quitó al bombón que quería probar.
-Concedido, que no vuelva a pasar esto con la sargento Bosch- dijo con un tono de advertencia y el capitán salió casi corriendo.
Mientras miraba por donde se había ido el guapo capitán, sin ver a Franco le pregunté.
-¿Coronel?, desde cuando si solo eres un capo de la Cosa Nostra- dije con los dientes apretados porque no había sido sincero conmigo.
-Lo fui hace unos años y me retiré, pero al ver los planes de tu padre hacia ti, tenía que volver- dijo con media sonrisa burlona.
-No necesito niñera, ni mucho menos alguien que me venga joder, es mejor que no te cruces por mi camino, porque tú y yo no volvemos, porque me llamo Elena Isabel Bosch De Luca- le dije con los dientes apretados y viéndolo por primera vez en el día.
-Ya lo veremos Cacciatrice, eres mía, así tenga que matar a quien sea- dijo tan cerca de mi oído que me estremecí.
Para evadir esos sentimientos, me aleje y lo empuje, sintiéndome como un objeto, así que me dirigí a la que sería mi habitación y para mí sorpresa estaba una de las chicas que quería en mi escuadrón.
-Hola, me llamo Elena, seré tu nueva compañera de habitación- dije con una sonrisa para que no sintiera que soy una amenaza.
-Hola Elena, me llamo Emilia, que bueno que ya tendré con quien compartir esta habitación, mi última compañera se mudó por unos problemas- sonrío al recordar lo que pasó, yo tragué saliva al pensar que tal vez ella sea una arma de doble filo.
El nombre Emilia resonaba en mi cabeza y recordé a un par de tontos que andan detrás de ella.
-¿Sabes quién soy, Emilia?- pregunté con un tono bajito, preocupada por la respuesta.
-Si, sé que tarde o temprano nos conoceríamos y sé que necesitas mi ayuda también- dijo, viendo mis movimientos.
-Así que, tienes una respuesta para la pregunta tan inesperada que me informaron ayer- dije preocupada, porque ella es muy importante para mi plan.
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El lado oscuro del corazón
RomanceAdrián era la prueba de que la vida siempre encuentra formas de sorprendernos, de regalarnos segundas oportunidades cuando menos las esperamos. Él no era un reemplazo, ni una sombra que buscara ocupar el lugar de Franco en el corazón de Elena; era u...