2. El Escuadrón en la sombra

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Elena Bosch

Luego de esa reunión en la que mis hermanos me pusieron un peso en los hombros, se me fue difícil volver a dormir, me puse a pensar sobre alternativas y lo que necesitaría, empecé buscando registros de las mujeres que estaban en este comando y encontré a las indicadas.

En la mañana siguiente llamaron a mi puerta para decirme que me asignaran con una compañera, ya que el periodo de bienvenida ya ha sido completado, agarré mis pocas pertenencias y seguí al capitán a cargo de la tropa en la que estaré por 6 meses. Tiene un buen cuerpo tonificado, se nota que levanta bastantes las pesas.

-Terminó de hacer su recorrido por mi cuerpo, Sargento Bosch- dijo con un tono frío.

Me puse de todos los colores, no sabía que estaban siendo vista, mientras me comía con la vista a este bombón.

-Yyyo solo.. solo estaba viendo sus tatuajes- me di un golpe mental, al ver que dije la mentira más patética.

El me dio un recorrido con su vista por todo mi cuerpo y me di cuenta que no le producía lo mismo que el a mi, pero cuando iba hablar, una voz conocida hablo.

-Terminaron de comerse con la mirada- dijo Franco dirigiéndose al capitán.

-Permiso para retirarme, Coronel- dijo el pobre chico por el estúpido de Franco, no le voy a perdonar que me quitó al bombón que quería probar.

-Concedido, que no vuelva a pasar esto con la sargento Bosch- dijo con un tono de advertencia y el capitán salió casi corriendo.

Mientras miraba por donde se había ido el guapo capitán, sin ver a Franco le pregunté.

-¿Coronel?, desde cuando si solo eres un capo de la Cosa Nostra- dije con los dientes apretados porque no había sido sincero conmigo.

-Lo fui hace unos años y me retiré, pero al ver los planes de tu padre hacia ti, tenía que volver- dijo con media sonrisa burlona.

-No necesito niñera, ni mucho menos alguien que me venga joder, es mejor que no te cruces por mi camino, porque tú y yo no volvemos, porque me llamo Elena Isabel Bosch De Luca- le dije con los dientes apretados y viéndolo por primera vez en el día.

-Ya lo veremos Cacciatrice, eres mía, así tenga que matar a quien sea- dijo tan cerca de mi oído que me estremecí.

Para evadir esos sentimientos, me aleje y lo empuje, sintiéndome como un objeto, así que me dirigí a la que sería mi habitación y para mí sorpresa estaba una de las chicas que quería en mi escuadrón.

-Hola, me llamo Elena, seré tu nueva compañera de habitación- dije con una sonrisa para que no sintiera que soy una amenaza.

-Hola Elena, me llamo Emilia, que bueno que ya tendré con quien compartir esta habitación, mi última compañera se mudó por unos problemas- sonrío al recordar lo que pasó, yo tragué saliva al pensar que tal vez ella sea una arma de doble filo.

El nombre Emilia resonaba en mi cabeza y recordé a un par de tontos que andan detrás de ella.

-¿Sabes quién soy, Emilia?- pregunté con un tono bajito, preocupada por la respuesta.

-Si, sé que tarde o temprano nos conoceríamos y sé que necesitas mi ayuda también- dijo, viendo mis movimientos.

-Así que, tienes una respuesta para la pregunta tan inesperada que me informaron ayer- dije preocupada, porque ella es muy importante para mi plan.

El lado oscuro del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora