7. W🚔

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El enorme dolor en mi abdomen
me hizo tirarme en la enorme cama
de huéspedes de Divina, gruñí, esta
mierda dolía como el infierno,
estaba en celo, el celo más doloroso
de mi vida y no entendía por qué.

La puta madre, Wednesday, necesito...

-¡¿Qué mierda?!- por fin habló el
maldito de mi Alfa.

Enid... a Enid.

-Mierda, no.

Me siento cómo la mierda, me siento morir Weds, yo la necesito a ella.

-No puedo... ella.

Solo tres meses Weds, ¡carajo! No es una niña.

-Es mi niña, imbécil de mierda, no
puedo, lo prometí.

Si le dices a su abuela, ella lo
entenderá.

-No...

Es nuestra destinada, hija de puta,
solo ella podrá aliviarnos, solo ella,
yo no quiero a nadie más, solo ella,
no me hagas tomar el control.

-No lo harás, no en esta situación.

Toma la situación, entonces, me
duele...

Volví a sentir un fuerte dolor en mi
abdomen, fue hasta mi columna
y fue a mi miembro ansioso, me
retorcí y grité.

-¡Divina!- mi amiga se asomó por la
puerta- ve al departamento, trae
cosas básicas para mi, habla con la
señora Sinclair, es abuela de Enid y
dile que este celo es el que podría
matarme, necesito a Enid.

-Weds...

-Por favor...- gruñí adolorida y
ella asintió.

Divina se fue, pero el maldito dolor
estaba presente.

Aunque lo negara si necesitaba
a Enid y me dolía demasiado no poder cumplir mi promesa,
esperaba que su abuela lo entendiera, podría morirme, ya había probado una parte de mi omega, por eso estaba tan inquieta, lo sabía, calmar su celo aunque sea un poco había puesto en riesgo mi situación.

Me acosté en la cama calmando
mis ansias y mis ojos se cerraron,
necesitaba dormir, eso estaría bien.

Un ruido extraño sonó en la
habitación, intenté abrir mis ojos,
pero era demasiado el cansancio,
suspiré intentando tomar aire
y presione por abrirlos, las
sensaciones llegaron a mi cuerpo
y de inmediato vi a Enid, ella
estaba...

M I E R D A

Chupaba mi erección como si fuera
un helado, sus labios sobre mí me
hicieron soltar un gemido, ella me
miró rápidamente, esos ojos.

-Enid...- gruñi y ella se mordió
el labio, sus mejillas se llenaron de
rojo.

-Alfa...

Eso fue un maldito empujón para
que despertara de mi trance, tenía
a mi omega desnuda mirándome,
chupando mi polla y sus ojos
inocentes, ¿algo más que pedir?

-Omega...- me incliné rápidamente para tomar sus labios con posesión, tenía mi sabor en su boca, era perfecto, Enid gimió sorprendida- si esto es un sueño, no quiero despertar.

Sus labios húmedos y rojos me hicieron delirar.

-Te necesito, dulce omega- Enid
asintió, no comprendí muy bien,
ella se deslizó sobre la cama para
quedar acostada y abrió las piernas.

L A P U T A M A D R E

-Haz conmigo lo que quieras Alfa.

Sonreí de lado. Pero algo estaba mal
y lo sabía, la habían traído a mí por
una cosa, por mi demandante Alfa
y yo no me sentía muy cómoda con
eso.

-¿Quieres esto Enid?- asintió- necesito oírte.

-Sí

-¿Por qué?

-Porque la necesito también- mire esa maldita parte íntima de ella, mordí mi labio.

Sin perder más tiempo llegue hasta sus labios de nuevo, bese sus labios con pasión y anhelo, esta vez nada podría detenerme, me dolia el cuerpo y necesitaba de ella, ella de mí, todo se alineó para ambas.

-Serás mía para siempre, mi
omega, mi amor...- mis manos
fueron hasta su piel desnuda para
disfrutarla, baje una de ellas hasta
sus pliegues, ella estaba húmeda.

Mía

El maldito alfa dentro de mí quería
salir, pero no lo permitiría, podría
perder el control, bese su cuello
lentamente paseando por su
deliciosa piel cremosa y hermosa,
Enid era mi delirio más personal y
ahora lo estaba tomando.

Deje marcas en su cuello, sus manos arañaban mi espalda cuando me dediqué a morder y lamber sus senos, baje lentamente hasta su ombligo deleitándome por sus caderas ni tan grandes ni tan
pequeñas, justas para poder pensar
en nuestros cachorros, sonreí con
vanidad y fui hasta el punto clave
que había ansiado comerme desde
hace días, su coño bendito que me
recibía de la mejor manera, Enid
soltó un gemido de sorpresa, sus
caderas se retorcieron con fuerza,
la sujete bien a mi boca y lamí con
fuerza, sin esperar dejar rastro de
sus fluidos, mi amor se retorcía y
yo solo podía pensar en hacerla
llegar, me detuve necesitaba que se
corriera conmigo dentro.

Me levanté de inmediato para
quitarme el bóxer, Enid me miró y
pude verla morder sus labios, estaba ansiosa y yo también, pero
debía ser cuidadosa, amaba a Enid
y quería cuidarla, muy fuera de mis
instintos de alfa, esta bolita de masa
necesitaba de mi cuidado también
como yo necesitaba del suyo.

Aunque quisiera hacerlo sin
protección no podía ser tan
irresponsable, no por ahora, Enid
me miraba esperando, mire la
mesa de noche, Divina había dejado
preservativos, maldita Div, tome
uno y me lo pondría, pero Enid
me detuvo con esos ojitos y el labio
mordido.

-No, Alfa, dame tu...- negué.

-No, amor, no puedo- acerque
mis labios a los suyos, los mordí y
termine de colocar el preservativo.

Mirándola fijamernte, alineé mi
miembro y soltó un saltito, gimió
delicadamente y fue delirante,
esta situación estaba siendo una
experiencia tan buena, trataba de
ser delicada, pero esto resultaba
más difícil.

-We...d...s por...f..a..vo..r- pidió

Arréstame WednyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora