Pocas veces en la vida me he sentido tan nervioso como en este día, no pude pegar el ojo en toda la noche por el solo pensar en la increíble chica con la que tendría una cita hoy. Solo esperaba que no fuera una broma, esperaba que no se tratara de alguna IA experimental o de algún pelmazo con una videocámara gritándome en la cara que caí en una broma de internet. Me era muy difícil creer que pudiera haber llamado la atención de una chica tan especial únicamente por lo que escribí en internet en una tarde de ocio. Pero no debía desaprovechar esta oportunidad, ella estaba haciendo el esfuerzo de venir aquí a Niza solo para conocerme, quizás no volvería a tener una oportunidad como esa.
Me levante desde las 7 de la mañana para prepararme. El día estaba precioso, parecía que el destino estaba a mi favor para que todo saliera en orden. Me duche como nunca antes me había duchado, tuve que desayunar algo ligero para evitar vomitar de los nervios, me peine como nunca antes me había peinado, de hecho, nunca lo hacía y hacerlo por primera vez me saco de mi zona de confort. Me sudaban las manos, la cara, sentía que me estaba dando un ataque de ansiedad y eso que todavía ni siquiera era la hora de la cita. "¿Qué me estaba pasando?" repetía en mi cabeza, ¿Por qué estoy tan nervioso? Ni siquiera en peores situaciones me sentí así, incluyendo cuando me asignaron estudiar artes aquí en Francia. La verdad es que yo no soy de aquí, no soy francés. Soy de Mánchester en Reino Unido, pero quise estudiar artes gramáticas para convertirme en un gran novelista y poeta, dicho sea de paso. Cuando llegué al 4to semestre tuve la suerte de ser seleccionado como alumno de intercambio a Niza, desde entonces llevo viviendo aquí casi cuatro meses.
Ni siquiera en ese sentimiento de abandonar mi hogar para perseguir mis sueños sentí tanto miedo de afrontar las cosas como ahora, no me costaba trabajo tratar de encajar con las demás personas, de hecho, hice amigos aquí con relativa facilidad. Todos los fines de semana era de salir con ellos a donde pudiéramos, incluyendo con hermosas chicas francesas que no voy a mentir, me la pasaba increíble. Pero nunca pasaba nada más allá que solo tomar unos tragos, ir al cine o hablar de cosas mundanas como el clima o lo que queríamos hacer después de la universidad. Sin embargo, no podía hablar con ellas acerca de lo que más me gustaba, creía que me tomarían por un tipo aburrido o pretencioso que solo quería aparentar ser culto para fingir algún tipo de superioridad intelectual. Ciertamente la lectura no era algo que los jóvenes hicieran hoy en día, a no ser que sea dentro del ámbito escolar.
Por un tiempo intente encontrar a alguien con quien compartir mis escritos y poemas, alguien con quien conversar de algo más que solo cosas de moda o catástrofes mundiales. Por eso cuando recibí su mensaje de que viajaría a Francia por cuestiones "Profesionales", tuve que armarme de valor y proponerle que nos viéramos. Estaba dispuesto a viajar a Paris el fin de semana, pues dijo que era allí a donde debía dirigirse, pero para mi sorpresa accedió a venir aquí a Niza, eso no me lo esperaba. Su respuesta me extraño bastante, pues me suplico que no pisara Paris en estos días, dice que podría ser peligroso. Eso aumento mi curiosidad ¿a qué se dedicaba como para que tuviera que viajar a una zona "peligrosa"? y porque decía que Paris era peligrosa? ¿Quién era esta chica? No lo sé, pero estaba dispuesto a llegar al fondo de esto.
—Quieres callarte? Siempre que hablas solo, haces mucho ruido...—. Era uno de mis compañeros de cuarto que seguía tumbado en la cama sin haberse levantado aun siendo casi medio día.
Termine de prepararme, me vi en el espejo una vez más y me asegure de que me viera lo más decente posible, no quería dar una mala primera impresión. Nunca me había preocupado tanto por mi apariencia en una cita hasta ahora, pero la situación lo ameritaba, alguien estaba haciendo un esfuerzo muy grande para verme viajando desde tan lejos como Suecia. Iba a hacer que por lo menos el viaje valiera la pena.
—Si vas a seguir de holgazán, al menos cierra la puerta cuando salga, ¿de acuerdo? —. Le replique a mi compañero.
Él solo levanto la mano en señal de que había escuchado y entonces salí del departamento. A cada paso que daba, mis piernas seguían temblando de los nervios. Me intrigaba bastante la chica con la que estaba a punto de encontrarme. Acordamos vernos a las 12 del mediodía en una cafetería que suelo frecuentar llamada "Costa del Sol", un lugar acogedor frente a la playa. Mientras viajaba en el autobús, recordaba todas las conversaciones que nos había llevado a este momento.
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Relatos de Overwatch: La Primera Cita de Brigitte
FanfictionDespués de chatear durante meses, Brigitte accede a conocer a su nuevo interés amoroso en persona: Un estudiante de artes de intercambio en Niza, Francia. Ambos se citan en una cafetería cerca de las costas donde tendrán solamente un día para conoce...