La noche anterior había averiguado un poco de lugares para hacer turismo, pero no quería ir a un lugar atestado de tantas personas, por el contrario quería algo tranquilo, donde pudiese conectar con la naturaleza, por eso decidí despertar temprano para escalar una montaña. ¿Lo había hecho alguna vez? Por supuesto que no, sería mi primera vez; sin embargo estaba dispuesta a todo.
Me abrigue bastante bien, me aplique protector solar, tome una gorra y empaque la botella de agua en mi morral, mire la hora y eran las 4:00 am. Debía esperar el bus que me acercaría al lugar donde comenzaría mi aventura extrema, si a esto le podría llamar de esta manera.
La oscuridad cubria aun la ciudad, el rugido de los motores y las voces de los altavoces anunciando destinos de los pasajeros en coreano me hackan sentir perdida. El autobús esperaba en la plataforma, tenia mi celular a mano y con ayuda del traductor pude encontrar el que se dirigia hacia la montaña Machasan, me senté junto a la ventana para admirar un poco del paisaje.
El autobús se deslizó por las autopistas de Seúl, dejando atrás el laberinto de calles. A medida que se alejaban, los edificios altos dieron paso a complejos residenciales más pequeños y, eventualmente, a campos abiertos. Luego de algunas horas nos detuvimos en un pequeño estacionamiento al pie de la montaña. A su alrededor, otros excursionistas revisaban sus mochilas, ajustaban sus bastones de trekking y consultaban mapas. El punto de inicio del sendero era un arco de madera con inscripciones en coreano que dieron la bienvenida a Machasan.
No habia muchos turistas cosa que agradecia, un escursionista que hablaba inglés se acercó a nosotros y nos explicó brevemente como seria la ruta y las paradas qué se harían. Sería un aproximado de dos horas y media subiendo. ¿Mis pulmones soportarían? No lo sé, pero de seguro esto mantendría mi mente ocupada.
Me senté en un tronco de madera y saque mis medicamentos, tome mis dosis tempranas y respiré profundo antes de levantarme y seguir al pequeño grupo.
La naturaleza es una de las cosas más magníficas y mágicas que hay en el mundo, son capaces de transportarte a épocas, a espacios, a maravillas y hacer que el tiempo no importe; cada que podía capturaba con mi cámara toda la belleza que esta resaltaba e intentaba manejar mi respiración.
A medida que avanzábamos, la inclinación se hacía más pronunciada. Las conversaciones de los excursionistas y el crujido de las hojas bajo mis pies era en lo que me trataba de concentrar para no pensar en nada. Casi a la mitad del camino, llegamos a un mirador improvisado que ofrecia una vista panorámica de los alrededores. El amanecer teñía todo de tonos naranjas y dorados, justo estábamos en pleno otoño y esto era indescriptible.
Me senté en la roca, dejando que el viento jugueteara con mi cabello. Tomé un sorbo de agua y cerré los ojos por un momento, respirando profundamente. Era una paz que no había sentido en muchos años, una que no podía ser empañada ni por los recuerdos dolorosos ni por las ansiedades cotidianas.
Alguien del grupo me llamó, señalando que era momento de continuar. Me levanté con cierto esfuerzo, sintiendo el ligero ardor en mis piernas pero también una sensación de logro. El último tramo del ascenso era más complicado, con piedras sueltas y un sendero más estrecho.
Finalmente llegamos a la cima, el esfuerzo valió cada gota de sudor. El paisaje era simplemente magico desde lo alto de Machasan, podía ver las montañas, algunas envueltas en neblina, otras iluminadas por el sol, debo admitir que me hacia sentir pequeña pero llena de una energía inimaginable, muchas personas empezaron a correr y no les entendía lo que decían, no se si estaban grabando algún kdrama cerca o había alguien famoso aquí arriba. La verdad no me importaba, si estaba sola sería muchísimo mejor, así disfrutaría del hermoso espectáculo frente a mis ojos.
Tomé una última foto, no quería que la tecnología me robara ese momento; quería recordarlo como lo sentía en mi pecho: puro, poderoso y completamente mío. Ojalá mi vida hubiese sido así, sin preocupación, sin ningún tipo de pensamiento destructivo, sin lágrimas, sin altibajos que me arrastraran al infierno, tan solo esta paz que sentía me hacía momentáneamente feliz y solte por primera vez una lagrima más no de tristeza, sino de satisfacción y felicidad.
Saque mi celular y llame a Alicia, quería compartirle de este maravilloso momento que estaba viviendo, siempre había sido parte de mis desgracias y por primera vez quería compartirle de un momento grato de mi vida.
Hago la video llamada y muestro ell paisaje para que sea lo primero que vea.
-Dione, ¡que hermoso lugar!
-¿Te gusta?
-Es... wow
Volteo la cámara y me mira -Dime qué esas lagrimas son de felicidad Dio.
Asiento con mi cabeza -Es la primera vez en tanto años que me siento tan bien sin necesidad de un medicamento. No te puedo explicar todo lo que esto ha ocasionado en mi Alicia, es mágico.
-Ay mi solecito, esto me hace tan feliz -dice limpiando sus lágrimas.
Volteo la cámara para que siga contemplando la maravilla que yo observaba y nos quedamos así por varios minutos.
-¿Has comido algo?
-No, buscaré algo, la gente se fue no se para donde, a lo mejor habían famosos y decidieron mirar que hacían, así que aproveche esta soledad para contemplar esto.
-Esta bien cariño, come algo y sigue disfrutando tu travesia, escríbeme cualquier cosa, me ire a acostar.
Colgué la llamada y camine un poco hasta que encontré a una señora que vendía algo de café y unas galletas. Le pague y me senté frente a una roca para admirar un poco más de tiempo el paisaje, sin embargo empecé a sentirme observada, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, sabía que había personas a mi alrededor, pero lo que sentía era como si me estuviesen mirando directamente y odio admitirlo pero no me gustaba saber quien fuese el que estuviese haciéndolo, simplemente esperaba que dejara de hacerlo y se fuera. Para así poder levantarme e irme.
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Ecstasy: Far Away
Fanfiction-Cuando te odies, cuando no quieras seguir, cuando quieras desaparecer, solo recuerda que aquí estoy yo, quiero ser tu apoyo, no como idol, sino como alguien que te quiere, desearía tocar tu corazón, alejar las penas, el dolor. No puedo decirte que...