𝐒𝐃 ♱ 𝒎anipulada por el hombre en quien confió su alma, se encuentra atrapada entre la culpa, el pecado y la fe.
Cuanto más se revelan los secretos, más peligrosa se vuelve su devoción.
¿Hasta qué punto se puede distorsionar la verdad an...
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❝ Tal vez fue el efecto de las bebidas, tal vez fueron las ganas de borrar todo lo que estaba atrapado en la cabeza... ❞
— LAUREN SILVER
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BAJÉ LAS ESCALERAS con cuidado, cada paso era un intento de evitar cualquier ruido que pudiera despertar a mi madre. El aire en la casa estaba cargado de una tranquilidad que casi me hizo sentir culpable por estar a punto de irme. Cuando llegué al pie de las escaleras, la suave luz de la lámpara de la sala iluminó el rostro de mi madre, que estaba descansando en el sofá.
La visión era reconfortante y angustiosa al mismo tiempo. Parecía tan serena, como si todas las preocupaciones del mundo estuvieran siendo dejadas de lado y yo no quisiera perturbar ese momento. Pero las ganas de vivir algo diferente, de alejarme de todo lo que me frenaba, eran más fuertes.
La miré una vez más, notando como tenía el cabello suelto y como su expresión era de absoluta paz. Recordé todas las noches que ella se preocupó por mí y cómo traté de ser la hija que ella esperaba. Pero ahora, algo dentro de mí pedía libertad, una oportunidad de olvidar lo que pasó en la iglesia, aunque fuera por un momento.
Aparté la mirada y caminé hacia la puerta principal, respirando profundamente antes de salir. Sabía que, al abrir esa puerta, estaba cruzando una línea de la que no podía volver atrás, me había convertido en una pecadora.
