LA RULETA NEGRA [+21]

CAPÍTULO 49

"Ella no es bonita, es un palabra muy pequeña, ella es fuerte, y sus ojos demandan atención. Mirarla es como despertar"

Mario Benedetti.

Calypso.

Un ideal.

La luz del día que entra a través de las cortinas me da directamente en la cara, molesta, me meto la cabeza en la almohada soltando una maldición, ya sé que es hora de levantarme, pero mi cuerpo se niega a atacar la orden que le da mi cerebro.

Busco a Lykos con mi mano sobre la cama, al no encontrarlo, me levanto de inmediato dándome cuenta que estoy sola en la habitación, miro el reloj en la mesita y marca las 10 de la mañana.

Hoy es el día tan esperado, y ya quiero que se acabe para poder cerrar esta página de una vez por todas. Me siento rara, con una mezcla de sentimientos que no se cómo definirlos.

Hoy voy a callarle la boca a muchos ganando la subasta y recuperando la mitad de la empresa de Hyperion Lancier. De solo imaginarlo ya me siento de buen humor, no quiero perderme la cara de mierda que pondrá cuando le ganaré, porque lo voy a ganar y lo voy a joder desde su punto más débil.

Pongo mis pies al suelo y el cansancio sigue ahí, estoy pagando factura por los tres días que no dormí, me hubiera gustado dormir más, pero tengo que levantarme ahora mismo de lo contrario no podré salir de aquí.

En el baño cojo el único cepillo que encuentro, me lavo lo boca y la cara. Mi figura en el espejo da miedo, tengo ojeras gigantescas. Dios mío, como haré para taparlas, vuelve a hacer mi moño, el que tenía ayer se ha dañado por dormir como una niña.

Cuando salga en bata de mi cuarto, me encuentro a Lykos en el pasillo con Lexandra discutiendo no sé qué. No sabía que la niña había regresado ya de su noche de chicas con Gabriela, los dos se callan al verme.

—¡Hola!

Se limita a decir con sus ojos sobre mí cuerpo.

—¡Buenos días, Lexandra! No sabía que ibas a regresar tan temprano.

—¿Por qué? ¿Quieres que os deje otra vez solos? — Sus ojos viajan sobre nosotros y me aparto un poco de su herman, se ríe.

—Claro que no, quería que me trajera mi vestido para el evento de hoy porque quería ir directamente de aquí, pero tendré que regresar a mi casa.

—De ninguna manera, Ramiro o Jemison irá a tomar tus cosas, tú solo llama para avisar a tu madre. —Saca su móvil de su bolsillo cuando vibra, alejándose un poco de nosotros.

—La señor Rhea no está, ha recibido una llamada muy temprano y se ha detenido que ir.

Que raro de su parte, ella no sale al menos que sea conmigo o con Romeo.

—¿Ha llevado a Romeo con ella?

—No ha querido llevar a nadie con ella, bueno os dejo, los enamorados. -Me hace señas con su hermano a unos metros de nosotras.

Huye a su cuarto riendo de la cara que he puesto por lo que la dicho.

—Ahora dame mis buenos días, Bella durmiente. -deja de nuevo el móvil en su lugar.