HAN YERIM
—Maldita Saena —murmuró Yerim, apenas moviendo los labios.
Caminaba rápido por los pasillos, con una mano sobre el vientre, como si eso pudiera calmar las mariposas revueltas por la rabia.
Lo cierto es que, en clase, la competencia no era entre todos. No había ningún enfrentamiento abierto o concreto. Solo ella y Saena competían hasta por lo más absurdo: quién terminaba de escribir más rápido, quién levantaba la mano primero, hasta quién se destacaba más durante las presentaciones orales. Yerim sabía que era infantil, muy infantil. Pero cuando se trataba de Saena, sacaba su lado más competitivo. Ese que olvidaba la lógica y le decía: "No puedes perder".
—Yerim y Saena, las dos mejores de nuestra clase. Pasen a resolver este problema —dijo la señora Yeo, sonriendo mientras sus ojos se detenían en las dos chicas, como si hubiera preparado la selección de antemano. La tensión entre ellas se podía cortar con un cuchillo.
El aula se quedó en silencio. Dos pizarras, dos marcadores, y dos chicas brillantes que no podían soportar perder. Sus manos volaban, los números aparecían a toda velocidad. Pero Yerim podía sentirlo. Saena la miraba de reojo, una y otra vez. Era imposible ignorarla. Y, por supuesto, funcionó: su ritmo empezó a tambalearse.
Finalmente, con un suspiro de satisfacción, Saena levantó la mano.
—Terminé.
No fue un grito de victoria, sino una declaración de hecho, casi indiferente. Yerim levantó la mirada, tratando de parecer tranquila, pero por dentro sentía un fuego incontrolable. La odiaba. La odiaba tanto que casi se le escapó un suspiro de frustración. Pero no. No le daría el gusto.
La señora Yeo sonrió ampliamente, mirando a Saena como si acabara de descubrir la cura para el resfriado.
—Excelente, Saena, ¡como siempre! —La profesora aplaudió suavemente—. No solo lo resolviste sin errores, ¡lo hiciste rapidísimo! Eres brillante, igual que tu padre.
Yerim rodó los ojos, sintiendo cómo la irritación le subía por la garganta. No cometió ningún error. Su solución estaba tan correcta como la de Saena, pero la profesora apenas le dedicó una mirada rápida y una sonrisa que ni siquiera parecía genuina.
—Buen trabajo también, Yerim. —El tono no era frío, pero estaba lejos de la emoción que acababa de desbordar sobre Saena.
Fue ahí cuando Yerim decidió pedir permiso para salir del aula por un dolor estomacal. No era del todo mentira. Cada vez que se estresaba demasiado, su estómago reaccionaba primero. Era algo que no sentía desde hacía mucho, pero ahí estaba otra vez.
Aunque sabía que no necesitaba realmente estar ahí. Solo quería alejarse. Del aula. De Saena. De todo.
Yerim deslizó la puerta de la enfermería, esperando encontrar el lugar vacío, pero el ruido de los resortes de una cama la hizo alzar la vista.
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We Were 18 ⇝ Nishimura Riki
Fanfiction𝗪𝗘 𝗪𝗘𝗥𝗘 𝟭𝟴, nishimura riki (🪐) ━━━━Qué irónico es enamorarse de alguien con los defectos que más odio .𖥔 ݁ ˖๋ ࣭ ⭑ Han Yerim era una chica muy lista, una estudiante perfecta. Siempre la primera de su clase, mientras que Riki se conformaba c...