Rumores (Terribles y Verdaderos) - Traducción

Capítulo 93

Caitlyn se dejó caer sobre la almohada junto a Vi, soltando un fuerte suspiro mientras se tapaba el pecho con la manta para recuperar el aliento. —Dios mío— alcanzó a decir, sonriendo ampliamente, apartándose el cabello que se le había caído sobre la cara. —Wow.

—Sí— respondió Vi a su lado, riendo entrecortadamente. —Esa es la cara que pones.

Caitlyn, aún con la mano en el cabello de Vi, le dio una palmada distraída en el pecho cubierto con la manta antes de soltar una risa que casi se convertía en una carcajada. —Tanto por lo de ir despacio.

—Lo logramos…— Vi tanteó a ciegas hacia la mesa de noche para agarrar su teléfono, y al fin lo levantó para ver la hora. —Casi trece horas. Eso es bastante lento. Para mí.

Caitlyn volvió a reír, ahora un poco más tranquila, y le dio un empujón juguetón al hombro de Vi.

—Tengo que decir— Vi la empujó de vuelta, antes de girarse hacia ella para mirarla—, tal vez hay algo en esto de hacer el amor una y otra vez con la misma persona. Saber qué trucos funcionan… eso está bastante divertido.

Con una sonrisa burlona, Caitlyn rodó los ojos. —Me alegra haber podido mostrarte los beneficios de… — ¡Oh!

Vi había girado y le dio un beso justo debajo de la oreja, mordiendo ligeramente la piel, lo que hizo que Caitlyn dejara escapar un suspiro y se estremeciera. Intentó empujar a la otra mujer, pero Vi lo resistió con facilidad, y Caitlyn soltó un grito frustrado que, aunque lleno de molestia, no dejaba de ser una risa.

—¡Estaba hablando!

—Y yo te estaba callando— respondió Vi, dándole otro beso en el cuello y bajando hacia su hombro. —Antes de que te pusieras tan orgullosa con todo esto. Con un truco que aprendí.

Caitlyn resopló y trató de empujarla de nuevo. Esta vez, Vi la dejó. Caitlyn giró con el empujón, quedando ahora encima de Vi, con las manos apoyadas sobre sus brazos.

—No sé por qué…— Caitlyn comenzó a decir, pero se detuvo cuando su risa se fue apagando. Su rostro se suavizó y se tumbó sobre el pecho de Vi, mirando la lámpara reloj que tenía en su mesa de noche. Los números amarillos brillaban en la oscuridad.

—Ya casi son las diez— murmuró en voz baja, acariciando el cabello de Vi con la mano. —Deberías irte.

Vi lo pensó un momento, con una leve sonrisa mientras miraba el reloj y luego volvía a Caitlyn.

—Puedo quedarme hasta que te duermas— ofreció, levantando la mano para acariciar suavemente el cabello oscuro de Caitlyn. Su expresión se tornó algo melancólica, pero Caitlyn le sonrió suavemente, se encogió de hombros y se giró para acostarse de lado y mirarla.

—Está bien, puedes irte. De hecho, prefiero cuando te veo ir— murmuró Caitlyn contra la almohada.

La sonrisa juguetona de Vi se detuvo, y parpadeó un poco. —Ah, sí, no te preocupes.

Vi se deslizó fuera de la cama, estirando los hombros y los brazos. Caitlyn observaba cómo los músculos se flexionaban bajo los tatuajes de Vi, quien se rascaba la nuca mientras recogía la ropa dispersa por la habitación. Caitlyn no dijo nada mientras Vi se vestía, tumbada en la cama entre las sábanas desordenadas, medio sosteniendo la almohada mientras descansaba.

Vi se ajustó la camiseta, de espaldas a Caitlyn, y al hacerlo, carraspeó, aunque su voz aún sonaba un poco rasposa. —¿Nos vemos en el trabajo?

—Nos vemos mañana— asintió Caitlyn.

Vi dudó un momento, luego se dio la vuelta y se acercó para meter la mano en el cabello de Caitlyn, dándole un suave beso. —Está bien— susurró contra los labios de Caitlyn. —Nos vemos.

Salió de la habitación sin decir nada más ni mirarla, dejando a Caitlyn ahí, algo sorprendida. Tras un momento, el sonido de la puerta principal cerrándose resonó en el apartamento oscuro, y Caitlyn permaneció en la cama unos segundos, respirando con calma mientras observaba el espacio vacío junto a ella. Luego, abrazó la almohada con fuerza, enterrando su rostro en ella, y soltó un largo y frustrado gemido.