Después de un momento, me acerqué a Vincent y le pregunté si necesitaba algo más. Su respuesta fue breve, como era de esperar.
- No, eso sería todo - respondió con tranquilidad.
Asentí, dispuesto a retirarme, pero antes de salir de la habitación, me detuvo.
- Espera, hay algo más.
Me giré hacia él, curioso.
- Voy a bajar en un momento. ¿Podrías prepararme un café, por favor?
- Claro, lo haré de inmediato.
Al cerrar la puerta tras de mí, me quedé un momento apoyado contra ella. Mis pensamientos empezaron a dar vueltas, especialmente por lo que había ocurrido hace unos instantes. No sabía exactamente por qué, pero un leve sonrojo se marcó en mis mejillas. Sentía un cosquilleo extraño.
- ¿Qué me está pasando? - murmuré para mí mismo mientras negaba con la cabeza.
Rápidamente bajé las escaleras. Y después me dirigí hacia la cocina. Fue entonces cuando la puerta principal se abrió, y pude ver a María entrando, acompañada por Charlotte.
María levantó la mirada y al verme, una expresión de sorpresa apareció en su rostro.
- Saimón, esperaba verte en la tarde.
Sonreí mientras le respondía con una inclinación leve de cabeza.
- Buenos días, señora María.
Al escucharme, María se detuvo un momento, claramente sorprendida por la formalidad con la que me había dirigido a ella.
- ¿Señora? - preguntó, arqueando una ceja con curiosidad.
Noté su sorpresa y, antes de que pudiera decir algo más, sonreí.
- No te preocupes. El tiempo en casa con mis padres me hizo pensar en muchas cosas. Creo que era momento de dejar de ser tan terco como antes. Y darte una segunda oportunidad.
Pude notar que María se quedó bastante sorprendida por eso último, hasta pareciera que iba a llorar de la felicidad, pero rápidamente dejó escapar una leve risa antes de asentir.
- Me alegra escuchar eso, gracias.
- No no no, no tienes nada que agradecer.
Saludé también a Charlotte antes de excusarme y dirigirme hacia la cocina. Desde lejos, escuché a María decir.
- Más tarde quisiera que tomáramos un café con Rebeca.
Le respondí sin detenerme.
- Claro, cuando quieran.
Al entrar en la cocina, me encontré con Magdalena, quien estaba sentada pelando unos vegetales. Iris, por su parte, estaba en la mesa comiendo algo con un entusiasmo.
Me acerqué con curiosidad y pregunté.
- ¿Qué comes, Iris?
Ella me miró seriamente antes de responder.
- Es un secreto.
Arqueé una ceja, poco convencido, y volví mi mirada hacia Magdalena en busca de una respuesta.
- Está haciendo un experimento. Créeme, no querrás probarlo - respondió ella con diversión.
Iris frunció el ceño y cruzó los brazos, claramente molesta.
- ¡No digas eso, tía! Esta muy bueno.
No pude evitar reír ante su reacción y negué con la cabeza mientras me dirigía a la cafetera. Tomé una taza, la llené con agua caliente y comencé a preparar el café de Vincent.
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Chance of routine (Furry/Gay)
Teen FictionSaimón Gálvez, un joven chico cualquiera termina siendo el mayordomo de Vincent Leclerc Dupont un imponente lobo blanco el cual se había interesado en el, cuando volvió a casa por la muerte de su padre Título de la historia en español: (Cambio de r...