Yo con los poderes de Spiderman en el mundo de High School DxD

Capítulo 5 [El Inframundo necesita a Spider-Man]

En la penumbra de la noche, Sully se encontraba atrapado en un mundo entre sueños y recuerdos, donde la línea entre lo real y lo imaginario se desdibujaba. Su mente era un torbellino de imágenes y emociones, trayendo consigo ecos de su vida pasada y momentos que lo definieron en el mundo de High School DxD.

Todo comenzó con la figura de Azazel, que apareció ante él con su característica sonrisa burlona, esa que siempre parecía ocultar un secreto. "Eres muy parecido a Peter Parker, Sully. Te contienes, y no de la forma correcta." le dijo, sus palabras impregnadas de un tono casi paternal. En ese instante, Sully sintió una punzada de inseguridad y responsabilidad. ¿Podía realmente compararse con el héroe de los cómics, el asombroso Spider-Man? En su mente, se agolpaban recuerdos de las hazañas de Peter Parker, cada una más impresionante que la anterior. La voz interna de su pasado le susurraba que Spider-Man había logrado proezas que él aún no había alcanzado, vencer a Vali en su forma más temida, el Juggernaut Drive, no era nada en comparación. La brecha entre Sully y Peter era una meta que parecía distante, casi inalcanzable, y a la vez, era un faro que guiaba sus pasos.

La escena cambió abruptamente, llevándolo a la imponente sala de reuniones donde las tres facciones se habían reunido. Frente a él estaba Michael, el líder de los Ángeles, que se acercó con una expresión de interés genuino y un aura de serenidad celestial. Sin embargo, Sully sintió una oleada de desconfianza, casi instintiva. "No te acerques," le respondió con firmeza, su voz resonando como un trueno en el aire. En su interior, siempre había visto a los Ángeles como seres hipócritas, que buscaban la luz y la fe, pero solo para sí mismos, dejando a otros en las sombras. La indignación y la decepción lo envolvieron como un manto, recordándole por qué había tomado una postura tan firme y tajante.

El siguiente recuerdo surgió más ligero, pero no menos intenso. La imagen de Xenovia apareció, con su mirada decidida y su propuesta inesperada. "Sully, quiero tener bebés contigo," había dicho con una franqueza que lo tomó por sorpresa. La molestia de Rias resonó en el aire, seguida de un reclamo directo y acusador: "¡Eres un pervertido!" Sully, sintiendo que su orgullo y dignidad estaban en juego, no pudo evitar reaccionar. Con un movimiento hábil, las envolvió en telarañas, atrapándolas en un juego de hilos que simbolizaba su frustración. "Escuchen," les dijo con severidad y un destello de sabiduría, "tener un hijo no es un juego. No puedo tener hijos con alguien tan fácil." La sorpresa y la indignación en sus rostros lo hicieron sentir una mezcla de satisfacción y reflexión, dejando un eco de su propia severidad que lo mantuvo pensativo por mucho tiempo.

Luego un recuerdo donde fusionado de cuando Azazel se llevó el Cubile Animus para mejorarlo y dándome los icónicos lanzatelarañas de Spider-Man con diferentes elementos como el fuego y la electricidad. Paralelamente, otro recuerdo como cuando Kiba, Akeno y Koneko vinieron y se disculparon por lo que me hicieron, con Kiba diciendo que algún día me superaría. . . Ja, buena suerte, niño bonito.

Finalmente, una imagen de Rias lo condujo a un momento de esperanza y camaradería: ella lo llevó al lugar donde buscaron familiares con el fin de tener a su compañero Venom como uno. La idea de fortalecer el vínculo con Venom, de formar lazos y conexiones, llenó el corazón de Sully de una calidez inusitada.

Con un suspiro profundo, Sully despertó en su mansión, un regalo de Rias, su falsa prometida como escudo. La luz del día se filtraba suavemente a través de las ventanas, envolviendo todo en un cálido resplandor. La realidad lo abrazó lentamente, recordándole que, a pesar de los recuerdos que lo perseguían, su camino estaba lleno de desafíos y decisiones. Era el momento de levantarse y ser el héroe que siempre había deseado ser, un Spider-Man en un mundo lleno de demonios, ángeles y dragones. Con determinación, Sully sabía que debía forjar su propio destino, enfrentando cada obstáculo con la valentía y el ingenio que lo caracterizaban.