Viktor Hartmann
CHRISTOPHER
La habitación seguía impregnada del hedor a sangre y miedo. Frente a mí, el hombre amarrado temblaba, con su rostro cubierto de cortes y su mirada desesperada. Kristian, sentado en un taburete cercano, giraba su pistola entre las manos como si tuviera todo el tiempo del mundo.
—Por última vez… —dije, acercando el cuchillo a su garganta—. ¿Dónde está Hartmann?
El hombre apretó los labios, su rostro lleno de terror, pero todavía negándose a hablar.
—Sabes —interrumpió Kristian, poniéndose de pie—, ellos siempre piensan que tienen algo que perder, hasta que se dan cuenta de que ya lo han perdido todo.
El hombre jadeó, su respiración errática, mientras Kristian se inclinaba cerca de su oído.
—Habla ahora, o prometo que haré que desees no haber nacido.
Finalmente, el prisionero cedió, su voz temblorosa como un hilo roto.
—Está… está en Berlín… en la antigua fábrica Wolfstein.
Kristian alzó una ceja, esbozando una sonrisa sardónica.
—Wolfstein… suena apropiado para alguien como Viktor.
Antes de que pudiera reaccionar, mi teléfono vibró en el bolsillo. Solté un bufido y me aparté, dejando que Kristian vigilara al prisionero mientras atendía la llamada.
—¿Qué pasa? —respondí, viendo en la pantalla el nombre de Marie.
—Christopher, Adeline quiere hablar contigo. Está inquieta.
—Pásamela.
Escuché un suspiro al otro lado antes de que la voz suave de mi hija llenara la línea.
—Papá…
—Aquí estoy, princesa. ¿Qué ocurre?
—Te extraño. —Su confesión era como una daga directa a mi pecho.
—Yo también te extraño, Adeline. Pero estoy trabajando en algo importante.
—¿Es por Nadia?
El nombre de Nadia me dejó momentáneamente en silencio, pero no podía permitirme flaquear.
—Es complicado, cariño. Pero pronto estaremos juntos. Te lo prometo.
—¿De verdad? Porque… porque yo la extraño mucho. Era buena conmigo, papá.
Cerré los ojos, sintiendo el peso de la culpa arrastrándose sobre mí.
—Lo sé, pequeña. —Mi voz se suavizó—. Lo sé. Y pronto la veremos.
—Prométemelo.
—Te lo prometo, Adeline. Siempre cumplo mis promesas.
Colgué antes de que mi voz traicionara las emociones que intentaba enterrar. Cuando regresé al sótano, Kristian estaba limpiándose las manos con su pañuelo, y el cuerpo del prisionero yacía inerte frente a él.
—¿Algún problema? —preguntó con una sonrisa ladeada.
—Nada que no pueda manejar. —Guardé el teléfono en mi bolsillo, sintiendo el eco de las palabras de Adeline en mi cabeza.
—Entonces, ¿es oficial? —continuó Kristian—. ¿Vamos tras Viktor?
—Sí. —Mi tono fue cortante.
El nombre de nuestro padre, Viktor Hartmann, traía consigo un torrente de odio y recuerdos que intentaba olvidar. La fábrica Wolfstein sería el escenario del final de esta cacería, y esta vez no habría escapatoria.
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VENGANZA DESEADA [#1 MUJERES INFERNALES: SAGA]
RomanceNadia James es una mujer cuya valentía no se puede encasillar en simples palabras. Es vengativa, egocéntrica, narcisista, malcriada y caprichosa, sí, pero ¿quién no lo sería después de todo lo que ha soportado? Las cicatrices invisibles de su pasado...