PREAMBULO

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—¿Cómo fue que me obligó a venir? —Mi murmullo interrumpe el silencio.

Al mirar a mi hermana, el encanto por su forma de caminar se incrementa. Esa cínica sonrisa esgrimida justo antes de hacer alguna de sus travesuras; elegante, pretensiosa, sin la más mínima duda en su rostro.

—Alessia. —El nombre de mi hermana. Lo único que puedo pronunciar ante la visión de los cuerpos momificados entre los muros.

¿Cómo fue que mi vida cambió de esta manera? Ah... Cierto, fue ese día, el mismo donde Emily comenzó a distanciarse de mí; el día que volví a ver a esa fastidiosa criatura, que mi madre insiste en decir... "Es tu hermana".

Porque hasta los monstruos tuvieron infancia.

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Gracias por leer mis desvaríos.

El placer de engordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora