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La luz del sol bañaba Konoha mientras Sakura e Itachi charlaban en la tranquilidad de su hogar. Shisui, su hijo de cabello rosa y ojos desiguales, estaba jugando en el patio mientras sus padres hablaban en la sala.

—Shisui ha estado muy curioso últimamente —comentó Sakura, sirviendo té—. Hace muchas preguntas sobre el pasado, sobre el nombre que le pusimos.

Itachi asintió, mirando hacia la ventana donde su hijo jugaba.

—Es natural. Es un nombre con mucho significado, pero también con un peso que quizá no pueda entender todavía.

Sakura sonrió suavemente.

—Pero tiene tu determinación y mi carácter. Estoy segura de que encontrará su propio camino, como lo hicimos nosotros.

Itachi la miró, una leve sonrisa en sus labios.

—Sí, pero debemos guiarlo. Él merece saber la verdad, aunque quizás no ahora.

—Entonces, mientras tanto, será nuestra responsabilidad prepararlo para ese momento —respondió Sakura con firmeza.

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A la mañana siguiente, Sakura decidió aprovechar el día soleado para salir a comprar provisiones. Shisui, siempre curioso y dispuesto a pasar tiempo con su madre, la acompañó.

—¿A dónde vamos primero, mamá? —preguntó mientras caminaban por las calles concurridas.

—Primero al mercado de vegetales. Después veremos si encontramos algo para la cena de esta noche —respondió Sakura, tomando suavemente su mano.

Mientras avanzaban entre los puestos, Shisui comenzó a hacer preguntas sobre los productos, la gente, y hasta sobre algunas técnicas ninja que había visto en la academia. Sakura reía ante su entusiasmo.

—Shisui, preguntas más que cuando tu padre y yo estudiábamos juntos.

—¡Es que hay muchas cosas interesantes! —respondió él con una sonrisa.

Justo cuando llegaron a un puesto de frutas, una voz familiar los llamó desde atrás.

—¡Sakura!

Sakura giró y vio a Hinata caminando hacia ella junto a Boruto. La esposa de Naruto llevaba una bolsa llena de víveres, mientras que Boruto, con las manos en los bolsillos, seguía a su madre con expresión de aburrimiento.

—¡Hinata! Qué bueno verte —respondió Sakura con una sonrisa, acercándose para saludarla.

—Hola, tía Sakura —dijo Boruto de forma despreocupada, antes de mirar a Shisui—. ¿¡Otra vez tu!?

Shisui parpadeó, sorprendido por la pregunta directa.

—Soy Shisui, es bueno verte otra vez.

Boruto lo miró con curiosidad.

—¿Shisui? ¿Como el Uchiha famoso del que mi papá habla a veces?

—Boruto, no seas tan brusco —regañó Hinata suavemente, aunque no podía evitar sonreír por la espontaneidad de su hijo.

Sakura se rió nerviosa mientras colocaba una mano en el hombro de Shisui.

𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora