Capítulo 36

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Athena.
La tensión estaba en su punto máximo. Cada uno de nosotros sabía lo que implicaba el plan, pero las piezas aún no estaban todas encajadas. Giovanni había subestimado lo que éramos capaces de hacer, pero pronto descubriría cuán grave había sido su error.

Roderick y Antonio se encargaron de coordinar las fuerzas. La seguridad de Giovanni sería impenetrable, pero eso nunca nos había detenido antes. Sabíamos cómo movernos en las sombras, cómo infiltrarnos sin dejar huella. Neva, como siempre, se convertiría en nuestra mano invisible dentro de su círculo, tomando lo que necesitábamos antes de que Giovanni siquiera tuviera la oportunidad de reaccionar.

Pero mi mente no dejaba de regresar a lo que había sucedido entre Dorian y yo. Todo lo que habíamos compartido, las decisiones que tomamos, las promesas silenciosas que nos habíamos hecho. En el fondo, estaba claro que, aunque Giovanni representaba una amenaza peligrosa, nuestra guerra no solo era contra él. Era contra todo lo que significaba nuestra vida, nuestras elecciones, nuestros sacrificios.

Miré de reojo a Dorian mientras nos preparábamos para lo que estaba por venir. Él no mostraba señales de debilidad, su mirada fija en el futuro, pero podía ver en sus ojos la misma incertidumbre que sentía yo. Las cosas no serían fáciles, y ambos sabíamos que aún quedaba mucho por resolver. Sin embargo, había algo que me dio fuerzas: estábamos en esto juntos.

-Athena... -Dorian me dijo, su voz suave, pero llena de peso-. Si esto sale mal, quiero que sepas que lo hicimos lo mejor que pudimos. Estaré a tu lado hasta el final.

Mis ojos se encontraron con los suyos, y por un momento, el ruido de la preparación se desvaneció. Solo estábamos nosotros dos, en medio de todo el caos, tratando de entender si todo esto valdría la pena.

-Lo sé -respondí, mi voz firme a pesar de la incertidumbre que se había apoderado de mi mente-. No importa lo que pase. Estoy contigo.

Dorian asintió, y pude ver que esa simple promesa significaba tanto para él como para mí. Habíamos llegado hasta aquí juntos, a pesar de las traiciones, los sacrificios y las pérdidas. Ahora, lo único que importaba era lo que haríamos con lo que quedaba.

Las horas pasaron rápidamente, y antes de que nos diéramos cuenta, estaba de nuevo con el equipo, todos preparados para el asalto. La tensión estaba al máximo. Sabíamos que Giovanni no sería fácil de vencer. Cada uno de sus pasos estaba calculado, y su poder era vasto. Pero con la información que teníamos, teníamos una oportunidad.

Roderick se acercó a mí, revisando los detalles finales de la infiltración. Estaba listo para hacer su movimiento, y su expresión era tan calculadora como siempre.

-Athena, recuerda lo que dijimos. Tienes que mantenerte en control. Si Giovanni piensa que tienes dudas, lo aprovechará. No puedes dejar que vea lo que realmente estás pensando.

Asentí, consciente de que el éxito del plan dependía de mi capacidad para seguir jugando el papel que había adoptado. Sería difícil, pero no me quedaba otra opción.

Neva ya estaba dentro, con su disfraz perfecto, lista para llevarnos a través de las puertas que Giovanni había cerrado a todos los demás. Su trabajo sería crucial; nadie conocía mejor que ella cómo moverse entre los círculos de poder de Giovanni.

Nos reunimos todos por última vez antes de partir, el peso de nuestras decisiones sobre nosotros. Sabíamos que esta sería nuestra batalla final, nuestra última oportunidad para derrotar a Giovanni de una vez por todas.

-Es ahora o nunca -dijo Antonio, con su habitual determinación-. Manténganse alerta, todos.

La última mirada que compartí con Dorian me dejó claro que ambos sabíamos lo que estaba en juego. No solo era el futuro de nuestras vidas, sino el futuro de todo lo que habíamos estado luchando por construir. La guerra no terminaría con Giovanni; era solo el comienzo de lo que vendría después.

El rubí del Emperador [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora