El dia que enamore a mi idolo

Cosas que no dije

NARRA SARA
Han pasado varios días desde que llegué a Los Ángeles, y aunque he estado rodeada de la calidez de Kevin y Danielle, no he podido dejar de pensar en ellos. En Nick. En Joe. En todo lo que pasó. A pesar de estar rodeada de amor y apoyo, mi mente sigue atrapada en ese lugar lleno de dolor y preguntas sin respuesta. A veces, siento que el pasado nunca se va a ir. Y sé que algo dentro de mí aún está atado a ellos, a Joe en particular.
Esa mañana, Kevin y Danielle me sugirieron salir a caminar por el vecindario, distraerme un poco. Acepté, aunque en el fondo sabía que algo importante debía pasar. No podía seguir corriendo de lo que sucedió.
Mientras caminábamos por la calle soleada, mi teléfono vibró. Un mensaje de texto.
Joe: "¿Podemos hablar?"
Mi corazón dio un vuelco. La sensación de miedo, culpa y esperanza se mezcló en mi pecho. ¿Qué quería? ¿Qué podía decirme después de todo lo que pasó? No sabía si estaba lista para enfrentarlo, pero algo dentro de mí me decía que, tal vez, este era el momento.
Miré a Kevin y Danielle, que estaban conversando entre ellos.
—Voy a hacer una llamada, no tardo —les dije, sintiendo cómo mi voz vacilaba un poco.
Me alejé un poco y respondí el mensaje:
"Sí, podemos hablar. ¿Dónde?"
Joe: "En el parque cerca de mi casa. 30 minutos."
El parque. El lugar donde habíamos compartido tantas cosas. Sabía que este encuentro iba a marcar el cierre de un ciclo, pero no tenía idea de cómo me iba a sentir al final.
Me dirigí al parque. Mientras caminaba, cada paso parecía más pesado que el anterior. Mis pensamientos se mezclaban, ¿qué me iba a decir Joe? ¿Podría perdonarlo? ¿Podría perdonarme a mí misma por todas las decisiones que tomé?
Al llegar, lo vi allí, sentado en un banco bajo un árbol, su rostro reflejando algo que no pude leer. Cuando me vio, se levantó rápidamente. La tensión entre nosotros era palpable, pero algo en sus ojos me decía que él también estaba buscando respuestas.
NARRA JOE
Nunca imaginé que me encontraría aquí, en este momento, esperando verla de nuevo. Después de todo lo que pasó, después de haber guardado tanto dentro de mí, ahora tenía que enfrentarla. Ella había sido mi todo, y me había alejado de ella, y ahora estaba allí, a punto de decirle las cosas que siempre había callado.
Sara se acercó lentamente, su mirada fija en mí, pero su rostro no mostraba nada que pudiera leer con claridad. Estaba tan hermosa como siempre, pero también tan distante. Su dolor seguía flotando en el aire entre nosotros, y yo no podía hacer nada más que esperar a que hablara.
—Joe... —dijo, su voz temblando un poco. No estaba segura de cómo empezar, pero lo intentó. Yo la miré fijamente, tratando de leer sus pensamientos.
—Lo sé —respondí, tomando aire. —Lo sé, Sara. Todo lo que pasó, todo lo que no dije... Lo lamento. Yo también fui responsable de todo esto.
Ella me miró, sus ojos llenos de esa mezcla de rabia y tristeza que yo temía ver.
—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó, con una leve quebradura en su voz. —¿Por qué me dejaste vivir la mentira?
NARRA SARA
La respuesta de Joe no fue lo que esperaba.
—No lo hice porque no quería verte sufrir más. No quería que te lastimara más. —Pausó, y sentí que el peso de sus palabras golpeaba con fuerza. —Pero sé que no te protegí. Sé que al no decirte la verdad, solo empeoré las cosas.
Un nudo se formó en mi garganta.
—Yo... yo también te amo, Joe, pero me sentí tan traicionada. No solo por Nick, sino por ti. No entendía cómo podías estar a mi lado y no decirme lo que estaba pasando, lo que sabía. Fue como si todo lo que viví no hubiera importado.
Me dolía hablar así, pero necesitaba decirlo, necesitaba que él entendiera lo que había sentido. La confusión, el dolor, la traición. Pero sobre todo, la sensación de estar atrapada en una mentira.
NARRA JOE
—Sara, no hay excusa para lo que hice. Fue mi miedo el que me detuvo. Pensé que si te decía lo que estaba pasando, te perdería para siempre. Pero al final, lo único que logré fue empeorar todo.
Me quedé en silencio, mirando sus ojos, buscando alguna señal de que realmente comprendía el daño que había causado.
—Yo también he estado perdido, Sara. Durante todo este tiempo he estado tratando de encontrar una forma de arreglar todo lo que destruí, de reparar mi error. Pero sé que tal vez no haya manera de hacerlo. Sólo quiero que sepas que me arrepiento profundamente de no haberte dicho la verdad.
NARRA SARA
Sus palabras me atravesaron como una flecha, pero había algo en su voz que me decía que realmente lo sentía. Unos segundos de silencio pasaron entre nosotros, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que estaba frente al Joe que conocía, no al que había tomado decisiones equivocadas. El Joe que siempre había sido honesto conmigo, que me había mostrado su verdadero ser.
—No sé si puedo perdonarte... —dije con la voz quebrada, pero mis palabras no salían con la misma rabia que antes. Estaba confundida, aún herida, pero algo en mi corazón me decía que el proceso de sanar comenzaba ahora. No podía olvidar, pero tal vez, algún día, podría perdonar.
Joe se acercó lentamente, su mirada fija en la mía.
—Lo entiendo, Sara. Sólo quiero que sepas que estaré aquí, esperando, sin presionarte. No quiero que sientas que tienes que tomar una decisión ya, pero si alguna vez estás lista para hablar más, para sanar... Yo estaré aquí. Siempre.
Lo miré, sentí la verdad de sus palabras, y aunque no sabía lo que el futuro nos deparaba, entendí que este reencuentro era el primer paso para que ambos encontráramos nuestra paz.