Haein seguía con el libro en sus manos, pero ya no leía. Las palabras de Yeonjun, su gesto y el ambiente cálido de la librería seguían rondando en su mente. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, su teléfono vibró en su bolso.
Suspiró, un poco apenada, y buscó su celular. Al ver el nombre de su hermano en la pantalla, sintió un leve escalofrío. Dudó por un segundo antes de responder.
—¿Hola?
La voz de Taehyun sonó firme al otro lado.
—¿Dónde estás? Es tarde. Mamá preguntó por ti y dijiste que no te tardarías.
Haein miró rápidamente el reloj en su teléfono. No se había dado cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que salieron del café y luego llegaron a la librería.
—Estoy... estoy cerca. Ya voy para casa.
—¿Con Yeonjun? —preguntó él, su tono era neutral, pero Haein podía sentir la tensión detrás de sus palabras.
Ella tragó saliva y trató de sonar casual.
—Sí, pero... ya me voy.
—Bien. No te tardes —respondió su hermano antes de colgar.
Haein dejó escapar un suspiro, guardando el teléfono en su bolso mientras evitaba mirar a Yeonjun.
—¿Todo bien? —preguntó él, inclinándose ligeramente hacia ella. Había algo en su voz que reflejaba preocupación sincera.
—Sí... pero tengo que irme. Mi hermano me está esperando en casa —dijo rápidamente, levantándose de su regazo con un movimiento algo torpe.
Yeonjun arqueó una ceja, notando cómo ella evitaba su mirada.
—Te llevo.
Ella negó con la cabeza inmediatamente.
—No hace falta, de verdad. Puedo ir sola.
Yeonjun la miró fijamente por un momento, sus ojos oscuros tratando de descifrar lo que pasaba por la mente de Haein.
—Haein, no voy a dejar que camines sola a estas horas.
—¡De verdad, no es necesario! —respondió con más urgencia de la que pretendía.
Antes de que Yeonjun pudiera insistir, ella tomó su bolso y se apresuró hacia la salida.
—Gracias por la cita, Yeonjun. Fue... linda. Pero de verdad tengo que irme —dijo mientras retrocedía hacia la puerta.
Él dio un paso hacia ella, pero se detuvo al ver la prisa con la que se iba.
—¡Haein! —la llamó, pero ella ya estaba cruzando la puerta.
Fue entonces cuando Yeonjun notó el libro que ella había dejado en la mesa, el mismo que había estado a punto de comprar. Lo tomó en sus manos y lo observó por un momento, con una leve sonrisa en los labios.
—¿Huyendo de mí o de tu hermano? —murmuró para sí mismo, sacudiendo la cabeza con algo de frustración y diversión mezcladas.
Mientras tanto, Haein caminaba rápidamente por las calles, su corazón latiendo con fuerza. No sabía exactamente por qué se había ido tan rápido, pero había algo en todo el día, en los gestos de Yeonjun, en el beso fugaz, que la había abrumado.
Cuando finalmente llegó a casa, su hermano estaba esperando en la sala, con los brazos cruzados.
—¿Y bien? —preguntó, mirándola con ojos inquisitivos.
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Forty One Winks.
RomantikEn el vibrante campus de la Universidad de Corea, dos mundos opuestos se encuentran. Kang Haein, una talentosa estudiante de Diseño de Modas, lucha por abrirse camino en un entorno competitivo mientras navega las presiones creativas y personales. Po...