16 de enero.
Hoy fue un típico día de clases, fue genial al comienzo, pero todo fue empeorando poco a poco. Todo comenzó a las 2pm, me encontraba sentada debajo de mi árbol favorito, era hermoso, sus hojas daban una sombra tranquilizante y su inmensa altura hacia llegar una brisa magistral.
Ese árbol se encuentra en el patio de recreo y es ahí donde paso un rato con migo misma, en donde puedo relajarme y evitar el estrés de la escuela y de mi casa. Ese árbol es como mi santuario sagrado en donde nadie me puede hacer daño.
Suena la campana, para que regresemos a clases, todo estaba de maravilla ya que a mí me fascina la clase de Ciencias Naturales. En la escuela soy como dicen "Una Estudiante Destacada"; en realidad no me considero de esa manera, sé que mis calificaciones son superiores de 8 y que mi conducta es impecable, pero considero que eso es ponerle etiquetas a los jóvenes de hoy en día, es criticar a los demás; solo por el hecho de que un chico sobresalga en cualquier cosa, no significa que los demás sean un estorbo; en realidad significa que los demás tiene algún otro talento oculto y que si podrán ser algo en la vida.
Al estar en el salón de clases, me sentía como en mi casa, me sentía... bien. Sonó la campana para el segundo receso me dirigía hacia mi árbol favorito en donde siempre me siento.
Me percate que a lo lejos se encontraban unos hombres cerca de él, no sabía cuál era su motivo de estar ahí pero me percaté de cuál era su intención, cuando vi unas enormes hachas que brillaban con el reflejo del sol, me asombre tanto que comencé a correr con una velocidad tan impresionante que ni yo misma conocía de mí. Les gritaba y le hacía señas con las manos < ¡Alto! ¡Alto! No hagan nada> .Ellos simplemente se voltearon, me vieron y se rieron. No les importó lo que les decía y sin mayor demora comenzaron a talar el árbol.
Sentía un sentimiento de angustia y tristeza, no sabía qué hacer, pero por un impulso que desconozco me les lance y los empuje a un lado del árbol; me puse en medio de ellos y del árbol y les dije < ¡Basta! ¡Basta! >. Toda la escuela me escucho y voltearon a verme; se escuchaban susurros de maestros que no sabían lo que pasaba y de alumnos que decían que era una loca, otros que decían que hacia lo correcto y por en medio se encontraban a los que no les importaba.
Los dos hombres me dijeron <Niña ya vete, déjanos hacer nuestro trabajo>.Yo me negaba a apartarme de mi posición pero de la nada un chico me tomo de mi muñeca y me saco de mi lugar, simplemente me dijo <¡vayámonos de aquí!>...
17 de enero.
¡Vayámonos de aquí! Fue lo último que escuche de aquel misterioso chico que me llevo a dentro de la escuela. No lo conocía pero tenía la leve sensación de que lo conocía de algún lado.
Me disponía a ir de nuevo a la escuela y la verdad que a mí no me interesa sobre lo que me digan.
Estaba en mi propio mundo y tropecé con un chico alto, no muy delgado; levante la mirada y lo vi; era el mismo chico que me llevo a dentro de la escuela. Me dijo: -¡Hola!
Mis músculos se paralizaron de los nervios. No savia la razón pero definitivamente no es porque me guste, sino, que es el primer chico que me habla por interés de saber quién soy, como soy y que hago; no por un beneficio o interés por obtener algo de mí .Le respondí con un poco de pena:
-Hola. Tenía una mirada de felicidad, sus grandes ojos marrones le brillaban sin cesar. Me respondió:
-Tú eres Jaqueline ¿No? Oh, lo siento mi nombre es Azul.
Azul, es un hermoso nombre:
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La Hipótesis de un Gran Pensador.
Non-FictionPara ti ¿Cual es el significado de un árbol? Seguramente has de pensar de que son insignificantes, que son una perdida de tiempo y espacio. Pero sabes algo; Jaqueline piensa todo lo contrario. Jaqueline Roque es una chica demasiado madura para su ed...