En el bosque vivís, preciosas hadas
alegres bailais junto a las violetas
y de noche alumbrais como planetas
de brillantes estrellas rodeadas.
Y, con vuestras cabezas doradas,
inspirais las letras de los poetas,
en ellas veis vuestras siluetas
y gozais viendoós allí reflejadas.
Hay un poeta en concreto que os fascina,
de sus poemas adorais el tema,
y en ellos siempre algo se adivina.
Él os quiere tanto que le quema,
pero de decirlo nunca termina.
Con poemas disimula su dilema.
