Capitulo 28

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Un paraíso de papeles amontonados sobre el mismo espacio en dónde solían colocarse un ordenador portátil y una taza de café. Plumones de punta fina y tinta negra regados por doquier. Folder de distintos colores los cuales clasificaban los tantos trabajos que fueron revisados durante el año. Documentos con estadísticas verificando que la economía de la organización estuviera sustentable y no cayéndose a pedazos como lo fue con la pequeña crisis que dejó BBH.

De vez en cuando las teclas del ordenador producían un relajante ruido que lo sumergía en su trabajo otra vez. Cuando los pensamientos lo alcanzan tomando sus pies y atraerlo con fuerza al limbo en el que había estado viviendo esos días. Teniendo la cabeza bajo agua en un río donde las piedras golpeaban sin piedad su cráneo. Recordando que aún seguía siendo un ser humano pensante. Para su mala suerte, pues en ese preciso momento deseaba ser tan solo una máquina de trabajo que se enfocaba en las letras de los documentos y no en el ruido mental.

Se sentía como regresar a la primaria, cuando leías un párrafo del libro de literatura, y por más que leías una y otra vez, no lograbas entenderlo. Cómo si leer no se sintiera leer. Algo complicado de explicar. Pero en si toda esa situación en su cabeza era complicada. Mataría por encerrar los tantos dilemas que lo abrazaban con fuerza, encerrarlos en una jaula y tragarse la llave para que no pudieran salir el resto de su vida.

Para su propia mala suerte.

Los problemas no podían ser ignorados.

No cuando se trataba de alguien en particular.

No quería admitirlo. Era como si su lengua se pegara a su paladar cada vez que debía admitirlo. Cómo un palo de hierro hirviendo atravesandole la garganta. Siendo el mismo el que sostenía dicho palo.

No queriendo darle más poder a lo que habitaba en ese espacio mental tan reducido y ocupado de trabajo. En algún rincón de su mente que aún permanece libre de todas esas responsabilidades como líder. Porque a pesar de ser un hombre ocupado y de lo más reservado. Seguía siendo una persona que sentía.

Si.

Aunque fuera imposible de comprender. Incluso para él mismo.

Y no es como si fuera un vacío, o un contenedor sin emociones. Obviamente como todos los demás, y como todo ser humano. Sentía. Experimentaba. Y vivía.

Aquí el problema era su falta de compresión con sus propias emociones. Con aquellos sentimientos que prefería siempre silenciar para que no ocupara tanta relevancia en su vida. No queriendo dejarse llevar por eso que a todos los atormentaba. Que los envolvía en una red de telarañas siendo presa de un depredador horripilante.

Si. Tal vez la descripción que hacía del amor no era la mejor. Pero era la única forma en la que podía verlo.

Nunca fue bueno con eso de los sentimientos. Expresarlos y exponerlo como si fuera un proyecto de la escuela donde te hacían pasar al frente de todo el salón. Y que él, sin duda, sería el tipo que exponía teniendo ansiedad social. Así era como él venía todo ese tema amoroso. Y tampoco se trataba como si fuera un gran experto.

No. Para nada tenía experiencia.

Nunca se lo pensó.

Nunca le interesó.

Nunca de los nunca fue atraído por la idea de un encuentro sentimental y querer tener una compañía en su vida.

Ya tenía a sus buenos amigos que los consideraba como una familia.

A su hijo.

¿Para que necesitar otra clase de compañía?.

Si. Eran preguntas que normalmente desechaba como basura por la taza del baño. No pareciendole importante.

Ordo Theoritas. [GUAPODUO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora