Dejar el mundo atrás
NADIA
Estaba emocionada, nerviosa y algo eufórica. El apartamento era un lugar donde había pasado bastante tiempo en silencio, pero ahora, con el bullicio de Alexa, Verónica, Bryan y Alyssa, las paredes parecían cobrar vida. Nadie había hablado de Kristal ni de los niños, lo que dejaba un vacío extraño, pero sabía que todo eso quedaría atrás por unas horas. La noche les pertenecía.
—¿Estás lista? —preguntó Alexa, mirándome con una sonrisa cómplice mientras se retocaba el labial frente al espejo.
Me reí levemente, ajustándome el vestido negro ajustado que había elegido, con detalles plateados que brillaban con la luz tenue del apartamento. Lo combiné con unos tacones de aguja altos, los mismos que me hacían sentir imparable, como si nada pudiera detenerme esa noche.
Verónica, que siempre había tenido una actitud más relajada, ya se había puesto su atuendo: un vestido rojo de tirantes finos que hacía resaltar su piel morena, y unos tacones que marcaban su andar seguro.
Alyssa Monroe, la rubia de ojos verdes, se ajustaba una chaqueta de cuero mientras se miraba en el espejo con una mirada desafiante. Siempre era la más segura de todas, y esa noche no era la excepción. Su look, compuesto por un short de mezclilla y una blusa ajustada, combinaba perfectamente con la atmósfera de fiesta.
—Esto va a ser increíble —comentó Bryan mientras terminaba de arreglarse en el baño. Cuando salió, llevaba una camisa negra que le quedaba perfectamente entallada, con unos pantalones de cuero que le daban un aire rudo pero atractivo.
Todos se miraron entre sí, la energía palpable en el aire.
—¡Vamos a romperla! —gritó Bryan, levantando un vaso con algo de whisky.
—Eso —respondí, sonriendo mientras me ponía mis pendientes, finalmente lista para salir.
Alyssa levantó una ceja y, con una sonrisa, nos animó a irnos rápido. —¿Qué esperan? ¡La noche está esperando por nosotras!
Alexa, Verónica, Bryan y yo nos dirigimos al coche, disfrutando del bullicio de la ciudad a medida que nos acercábamos al destino: una discoteca en Cartagena. El calor de la noche se podía sentir, pero la vibrante energía de la fiesta nos hacía sentir como si estuviéramos en otro mundo.
Al llegar, el sonido de la música se filtraba a través de las paredes. Los destellos de luces iluminaban la entrada, y un par de chicos en la puerta nos sonrieron al vernos. Entramos, y la música nos envolvió por completo. La pista de baile estaba llena de gente que se movía al ritmo de la música electrónica, mezclado con algunos toques de reggaetón.
—¡Esto es lo que necesitábamos! —dijo Verónica, agitándose al ritmo de la música mientras nos dirigíamos al bar.
Me apoyé en el bar con el vaso en la mano, observando cómo la gente bailaba. El ambiente estaba lleno de gente disfrutando, sin importar lo que había afuera.
Bryan, con su típica sonrisa de chico malo, se acercó a mí y me susurró al oído.
—¿Bailamos?
Al principio, dudé. Miré a mi alrededor, viendo la energía de la pista de baile, el desorden de cuerpos en movimiento. Pero, al final, me dejé llevar. Estaba aquí para disfrutar. Para ser yo misma, al menos por unas horas.
Alyssa y Alexa ya estaban bailando con otras personas, completamente inmersas en el ambiente. Verónica también había encontrado su pareja para bailar, y Bryan y yo nos unimos a la multitud, dejándonos llevar por la música.
ESTÁS LEYENDO
VENGANZA DESEADA [#1 MUJERES INFERNALES: SAGA]
RomanceNadia James es una mujer cuya valentía no se puede encasillar en simples palabras. Es vengativa, egocéntrica, narcisista, malcriada y caprichosa, sí, pero ¿quién no lo sería después de todo lo que ha soportado? Las cicatrices invisibles de su pasado...