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Jeongin lloraba mientras respiraba con dificultad. Recostado sobre las frías y blancas sábanas de su camilla. Mientras que changbin le estaba dando palabras de aliento y que lo estaban dejando conmovido.

Jeongin estaba tan adolorido y vulnerable de esa manera. Tenía que dilatar correctamente, porque o si no iba a doler el triple.

-H-hyung..., M-me duel-e m-mucho...

-Tranquilo, mi omega. Todo estará bien. Un poco más y ya está... Tienes que aguantar.

Jeongin siguió sintiendo la horrorosas y dolorosas contracciones. Retorciéndose de dolor.

Se volvió a quejar en alto. Changbin tomó su mano. El doctor y las enfermeras que estaban fuera de la habitación, finalmente entraron y se preparon para lo que se venía: el parto.

El doctor, que se llamaba wooyoung, le abrió ambas piernas a Jeongin. Y miró lo que quería. (No su parte íntima, sino que sí había dilatado por completo, aclaro).

-Muy bien. Ya llegó la hora...

Jeongin se quejó y comenzó a sollozar.

-M-me d-duele...

Changbin tomó su mano y dejó un beso en ella.

-Tranquilo, mi amor. Todo estará bien, ya va a pasar.

Changbin sostuvo su mano de manera firme. Jeongin la apretó levemente.

Jeongin sintió un dolor punzante. Sentía que iba a morir.

Wooyoung notó lo tensó y adolorido que estaba el Omega. Por lo que quiso darle ánimos.

-Jeongin respira. Trata de tranquilízarte un poco. Ahora, cuando yo te diga, vas a pujar con todas tus fuerzas. ¿Bien?

Jeongin apenas pudo asentir. Cerró sus ojos y respiró profundamente.

Jeongin aferró una de sus manos a las sábanas. La otra changbin la sostenía.

Wooyoung tomó sus piernas y las estiró un poco más.

-Jeongin no cierres las piernas. Se te hará más difícil hacerlo si haces esto.

El Omega asintió.

Otra vez, tomó aire y sostuvo la mano de changbin con más firmeza.

Wooyoung avisó que ya tenía que hacerlo. Jeongin presionó con toda su fuerza y las primeras lágrimas salieron de sus ojos.

Cuando los gritos desgarrados de la habitación aumentaban, más y más conforme pujaba. La mano de changbin parecía estar más debilitada que nada.

-¡AGHH!

Jeongin pujó por milésima vez. Changbin sintió como si sus huesos de la mano se hubieran roto. Pero no lo soltó. No quiso ni podía hacerlo.

-Muy bien, Jeongin... Ya estoy viendo su cabeza... ¡Vamos!

Jeongin estrujó las sábanas y pujó con todo su esfuerzo.

Sentía que se desgarraba por dentro. El como se abría y sus malditos huesos moviéndose.

Botando litro tras litro de sangre, ya casi lo tenía.

-¡Puja! ¡Sólo un poco más!

Jeongin lloró tanto mientras hacia lo pedido, que sus ojos ardían.

-shh... Tranquilo. Ya casi, mi vida. Lo estás haciendo bien...

Dejó un beso en su frente húmeda por el sudor. Jeongin sintió que no iba a poder más. Pero changbin siempre demostró que iba a estar ahí con él, y que todo estaría bien.

Jeongin hizo su cabeza hacia atrás y siguió pujando. Las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas, tampoco se frenaban sus gritos que salían desde su lastimada garganta.

Sentía que eso lo estaba matando. Pero no sé quería rendir, tampoco podía.

-¡Jeongin puja! ¡Ahí viene, sólo un poco más!

Jeongin lo hizo. Dolió tanto... Que hasta él sintió desgarrarse cuando lo hacía.

Changbin sostuvo su mano. No le importaba si Jeongin incluso se la dañaba. Él quería hacerle saber que estaba ahí, con él.

Jeongin se quejó en un grito doloroso. Finalmente, fue algo que dejó a changbin atónito, pero despreocupado al saber que era normal.

Es que principalmente changbin no estaba acostumbrado a ver ese tipo de cosas. Tampoco tanta sangre.

Jeongin al pujar derramó tanta sangre, que changbin fue quién quedó asustado y preocupado.

Pero sirvió. Su bebé ya había nacido.

Al nacer sonó un fuerte llanto que hizo que changbin tanto como Jeongin se sintieran aliviados, al saber que todo había salido bien.

-¡Felicidades, es un niño!

Jeongin, muy cansado y exhausto de todo su esfuerzo. Soltó la mano de changbin y bajó sus piernas que se apoyaron con las sábanas húmedas.

El doctor les entregó a su hijo, Jeongin lo recibió en sus brazos con una sonrisa cansada. Fue algo que fue muy doloroso, pero que al final tuvo su buenas noticias.

Su hijo, igual era un alfa. Todo fue un poco más complicado por eso, pero todo salió bien.

Changbin abrazó a Jeongin y dejó un beso en su frente.

-Muy bien, innie. Lo hiciste excelente...

Jeongin sonrió un poco.

-Gracias por estar conmigo, hyung...

Changbin le devolvió la sonrisa.

-Siempre estaré contigo, cielo. Te amo mucho, mucho...

-Yo te amo más, binnie...

Ahora, sunghoon ya había nacido. Ya podían estar tranquilos, ¿No?

Pues no. Porque soyeon tampoco se va a rendir.

Y si ella quiere algo, lo consigue sea como sea...

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Que no pánico el cunda

Que no pánico el cunda

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⏰ Última actualización: Nov 24 ⏰

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