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Cuando Donghae despertó, estaba solo. A juzgar por el sol que entraba por la ventana, era alrededor de las ocho de la mañana. Bostezando, se incorporó y se estiró, tratando de ordenar sus pensamientos.


Los acontecimientos de la noche anterior parecían bizarros y


surrealistas. Si su cuerpo no molestara y su culo no le doliera, él habría pensado que fue sólo un sueño.


Pero no fue un sueño.


Había tenido sexo real con Lee. Él había tenido la polla de Lee en él.


Lamiendo sus labios, Donghae salió de la cama, haciendo una mueca


cuando el movimiento envió una nueva ola de dolor sordo a través de su culo, y caminó hacia el espejo.


Estaba cubierto de moretones.


Donghae se quedó mirando los hematomas en forma de dedos en las caderas y muslos y trató de decidir si estaba volviéndose loco por ello o no.


Él lo estaba, un poco, pero no a causa de todo el asunto gay. Claro, él nunca esperó tener sexo con un hombre, pero el sexo gay en sí mismo no le molestaba demasiado, al menos no al punto de entrar en pánico y estar


histérico. Sus padres se habían ido, y su mejor amigo era bi, por lo que no había nadie para juzgarlo, nadie que le importara.


Lo que molestó a Donghae fue el hecho de que él había tenido


relaciones sexuales con Lee. No era parte del trato. Por supuesto, Lee había sido muy mandón y decidido a follarlo, pero Donghae podría haberse negado fácilmente. Podría fácilmente haberlo detenido. Pero no lo había hecho. Eso lo enloqueció.


Por no mencionar la intensidad del sexo que había sido casi


aterradora. Aterrador bueno.


Mordiéndose el labio, Donghae pasó un dedo por la contusión en la


cadera. Su piel se estremeció.


La puerta del baño se abrió de repente, y Donghae saltó un poco.


Lee salió del cuarto de baño, abotonándose la camisa. Él se


detuvo al ver a Donghae, y Donghae tuvo que reprimir el impulso de cubrirse con las manos. Obligó a su cuerpo a relajarse, diciéndose a sí mismo que no fuera ridículo. No tenía nada que Lee no hubiera visto anoche.


Algo cruzó el rostro de Lee antes de que se cerrara, sus facciones


volviéndose duras y distantes.

-¿Cuánto quieres?


-¿Qué?


-¿Cuánto quieres por lo de anoche?


Donghae chupó una sombría respiración.

¿Cuánto quiero?- Repitió.

Lee se acercó a la mesa y tomó su teléfono celular.

-Sí. Dime tu precio.


Donghae miró a su espalda ancha.

-Precio.


-Sí, el precio- dijo Lee, un borde de irritación arrastrándose en


su voz- ¿Qué es tan difícil de comprender?


Su estómago apretándose, Donghae recogió sus boxers tirados y se los puso, ignorando las molestias en el culo. Él quería una ducha se sentía sucio, pero no quería permanecer desnudo y vulnerable.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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