Al llegar, la base era un caos absoluto. Heridos en camillas, sangre en el suelo, gritos de dolor, el vaivén incesante de los médicos voluntarios y los soldados creaban un ambiente que hacía difícil respirar. Me esforcé por mantener la compostura, pero al ver una escena tan cruda podía sentir un revoltijo en mi estómago, aún así me mantuve a la altura mientras ayudaba a cargar a Marx y a Mike al área de emergencias. Sus rostros estaban pálidos, y aunque aún respiraban, el cansancio y el dolor los estaban desgastando, ambos habían perdido mucha sangre.
—Buen día, Jones —dijo otro sargento, con un gesto breve que no ocultaba su cansancio.
—Buen día, Wilson. ¿Qué hay de nuevo? —respondió Liam, con un tono que denotaba su agotamiento, pero también una necesidad de estar al tanto de la situación.
—Tenemos en total 32 soldados heridos, 79 muertos y 41 más perdidos en acción. Eso sin contar el exorbitante número de ciudadanos malheridos. La mitad no sobrevivirá... no hay suficientes recursos para todos —informó Wilson, dejando entrever su preocupación en cada palabra.
Liam se pasó una mano por el rostro, frustrado.
—¿Qué hay de los centros médicos? Podríamos intentar recuperar recursos de allí. Seguro que tienen más suministros.
Wilson negó con la cabeza de inmediato, con el ceño fruncido.
—El enemigo se adueñó de ellos. No son ningunos idiotas, tienen estrategias claras y solidas. La verdad, no seguiré sacrificando hombres, y te puedo asegurar que los otros sargentos tampoco están dispuestos.
El rostro de Liam se endureció, y golpeó ligeramente una mesa cercana con el puño.
—Demonios —gruñó entre dientes, la frustración era clara en su tono.
Ambos quedaron en silencio, como si buscaran en su mente alguna solución que no llegaba. Mientras tanto, yo observaba a una distancia prudente, escuchando cada palabra. Mis manos temblaban ligeramente al apretar la venda que sostenía. No podía evitar pensar que yo tenía una oportunidad, una posibilidad de hacer algo... si tan sólo me dejaran intentarlo me repetía a mí misma.
La conversación entre los sargentos resonaba en mi cabeza mientras. Sentí de pronto cuál era mi propósito en ese lugar y, más aún, sabía que podía marcar una diferencia. Finalmente, no pude más y me acerqué a ellos, decidida.
—Señor, disculpe la interrupción, pero yo puedo ir. No necesito a nadie más. Lo único que pido es un auto para traer los suministros —dije con seriedad, sin titubear.
Liam me lanzó una mirada fulminante, claramente molesto por mi intromisión.
—¿De qué demonios hablas, Smith?, no tienes permitido escuchar conversaciones de tus superiores, Guarda silencio y ve a ayudar a tus compañeros heridos —ordenó con un tono cortante.
Respiré hondo, pero no me rendí.
—Señor, de verdad que puedo hacerlo. Sólo pido un voto de confianza... por favor —insistí, manteniendo mi postura firme.
—Eso es un suicidio, Smith. Vas a morir antes de llegar, el camino esta infectado de explosivos ocultos, créeme, no te dejaré morir en vano —sentenció, —pero seño...—, —silencio dije—, me ordenó Liam alzando la voz cuando intenté hablar de nuevo—. ¡Cállate y escucha!
Su tono me hizo callar, pero no aparté la mirada.
—Supongamos que llegas —continuó Liam, aún con dureza—. Te enfrentarías a una situación que ni siquiera los comandos más experimentados podrían superar, así que tienes prohibido marcharte, es una orden soldado. Ahora, ve ayuda a Marx y a Mike. Por ellos sí puedes hacer algo útil. Vi lo que hiciste en el campo y lo que dice tu expediente. Tienes grandes conocimientos médicos. Eres prácticamente un médico más, Smith, así que cumple con tu orden.
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yo soy...
RomanceEsta es la historia de una chica única. Ella es producto de la creación humana, pero no como normalmente se esperaría, sino como parte de un experimento científico que busca la creación de armas humanas, especialistas en batalla, estrategia y superv...