{• Capítulo 1 •}

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El caos cubría todo el lugar, como si el propio infierno hubiera sido desatado sobre las dos ciudades y el puente que conectaban entre ellas.

Las cenizas y la destrucción se alzaban por todo el paisaje, cubriendo todo a su paso. La guerra del distrito Suburbano Contra los de arriba era la revelación de dos ciudades de diferentes clases peleando por la libertad y opresión hacia los suburbios.

Entre todo este caos, dos niñas se podían observar que caminaban entre la destrucción. Una niña pequeña con el cabello azul, llamada Powder, tenía de la mano derecha a quien parecía ser su hermana mayor, Vi.

Mientras Powder tarareaba una canción para calmar su miedo y permanecer inocente a todo su alrededor, Vi miraba por todos lados buscando ayuda o sobrevivientes.

Después de todo, apenas eran unos niños. La mirada de Vi se posó en un hombre que golpeaba a un vigilante y lo mataba. Vi estaba asustada al ver cómo aquel hombre volteó a verlas. El hombre, llamado Vander, se acercó asustando a las hermanas.

Vi se puso delante de Powder para protegerla de cualquier acción que las amenazara, aunque era consciente de que no tenía oportunidad.

Vander dirigió su mirada detrás de las niñas, observando los cuerpos de sus padres. Vi cayó al suelo destrozada al ver los cuerpos, mientras Powder la abrazaba llorando.

Vander las abrazó a ambas y las llevó cargándolas, sintiendo el peso de la responsabilidad de cuidarlas.

Mientras caminaban, Vander no podía dejar de pensar en la situación en la que se encontraban.

Las niñas habían perdido a sus padres, y él se había convertido en su único protector. La responsabilidad era abrumadora, pero Vander sabía que no podía fallarles.

Powder, aún llorando, se aferró a Vander, buscando consuelo en su abrazo. Vi, por otro lado, parecía estar en shock, su mirada vacía y su cuerpo rígido.

Vander sabía que tenía que encontrar una manera de ayudarlas a superar su dolor y encontrar una nueva sensación de seguridad.

Pero por ahora, solo podía seguir caminando, llevando a las niñas a un lugar seguro, lejos del caos y la destrucción que las rodeaba.

En eso un vigilante se puso enfrente de ellos, su mirada fría y su arma apuntando directamente a Vander. Vander miró serio, sabiendo que no podía pelear mientras tenía a las niñas en sus brazos. Powder y Vi se aferraron a él, asustadas por la situación.

Aquel soldado se acercaba lentamente, su arma aún apuntando a Vander. Sin poder hacer nada, Vander cubrió con sus brazos a las dos niñas, preparándose para lo peor.

Pero antes de que el soldado pudiera hacer algo, un cuchillo se clavó en la cabeza del vigilante, cayendo muerto al suelo.

Vander no podía creerlo. Alguien lo había salvado de aquel peligro. Al mirar detrás del soldado, observó más que sorprendido a un niño.

El niño tenía ropa totalmente destruida y manchas de sangre en el rostro. Se veía casi de la misma edad que Powder.

Vander miró al niño y este sonrió. Vander se quedó sin palabras, sin saber qué pensar.

¿Cómo podía un niño sonreír en medio de todo ese infierno? Se preguntaba. La sonrisa del niño parecía fuera de lugar en ese entorno de destrucción y muerte.

El niño se acercó a Vander y lo tomó de su chaqueta, aferrándose a él. Vander solo soltó un suspiro y asintió al niño, entendiendo que quería ir con él. La mirada del niño parecía buscar seguridad y protección en Vander.

Fuego Cruzado [ T/n x Arcane ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora