メ; You and me. ‹𝟹 | Jake ff |

Capítulo 2: Reencuentro

「 Jiwon 」

Ví como la puerta se abría y lo ví, lo ví después de 10 años.

Me vió y no sé como describir su cara de sorpresa.

— Jiwo-

Me lanzé a abrazarlo. No me había olvidado.

— Soobin, te extrañé tanto. - confesé aún abrazándolo.

— Yo a ti. - correspondió mi abrazo.

Entré a su casa y empezamos a hablar de toda nuestra vida, hace mucho que no nos veíamos.

— ¿Y tienes novio? - preguntó sacándome de mis cavilaciones.

— Mm, no. - respondí.

— Oh..

— ¿Y tú? - pregunté.

— Sí, se llama Yoon. - dijo.

— Felicidades. - sonreí.

Yo no creía en el amor eso era obvio, por eso nunca quise y no quiero tener novio, es una perdida de tiempo. Vivo feliz en mi soltería.

Después de un rato tuve que irme a comprar unas cosas en un huerto que había cerca.

— Te puedo acompañar. - se ofreció Soobin.

— No es necesario. Adiós Soobin. - me despedí con un corto abrazo.

Era lindo volver a verlo.

Después de unos minutos caminando llegué al pequeño huerto a comprar algunas cosas.

— Ocupo albahaca, pepino, tomate, cebolla, y espinaca, por favor. - pedí.

— Claro señorita. - me atendió una señora de la tercera edad y era muy amable.

— Aquí tiene. - dijo y me entregó las cosas.

— Muchas gracias. - me despedí.

Iba a irme cuando sentí el aroma de unas fresas y yo amo las fresas. Así que fui para comprar algunas.

Un chico estaba pidiendo entonces hice fila. El acento del chico era muy marcado, tal vez de otro país. El chico se volteó y me vió.

Era el dueño de es mula que me ensució en la mañana. No lo culpó a él pero esa mula arruinó mucha más mi día.

Lo ignoré olímpicamente y procedí a pedir mis fresas.

— Me da dos kilos de fresa, por favor. - pedí amablemente.

Sí, ya sé que es mucha fresa, pero a mí me encantan.

[En casa]

Estaba comiendo mis fresas y escuchando en el fondo los gritos de mi hermano por perder en su estúpido jueguito.

Rosé entró a la cocina y me saludó.

— Hola wonie. - saludó mi hermana.

— Hola rosie. - la saludé.

— ¿Qué comes? - preguntó.

— Fresas. - respondí.

— Dame un poco. - pidió mi hermana.

— No. - dije y le dí fresas.

Solo lo hacía para molestarla.

— ¿Los abuelos salieron? - preguntó Rosé.

—  Sí, creo que fueron a visitar a sus amigos. - respondí.

— Oh, que aburrimiento. - se quejó Rosé.

— Sí, no tengo nada que hacer. - me quejé también.

— ¿Quieres salir a dar un paseo? Ya estamos aquí de todas maneras, mejor exploremos un poco. - opinó Rosé.

— Está bien, vamos.

Nos dirigimos a la puerta y Sunghoon nos vió.

— ¿A dónde van, puedo ir yo? - preguntó hoon.

— No, tú estás jugando. - lo molesté.

— Ay, ya lo dejé, perdí en todas las partidas. - se quejó Sunghoon levantándose para ir con nosotras.

— Está bien, vamos los tres. - dijo Rosé.

Salímos y empezamos a caminar a un lago cercano.

— El agua es muy clara y cristalizada. - admiré el lago.

— ¡Miren las flores! - dijo Sunghoon.

Habían muchos tulipanes de diversos colores y eran hermosos.

— Le tengo que tomar foto. - dije sacando mi celular.

Tomé varias fotos de todo el lugar.

— No es tan malo como pensé. - dijo Rosé.

— Para nada. - añadió Sunghoon.

Me alejé un poco de mi hermanos por que había visto algo moverse cerca de unos arbustos.

Me adrenté al lugar y ví un conejito. Quería gritar para que mis hermanos pudieran verlos pero sabía que los iba a asustar así que no dije nada. Miré más a mi alrededor y ví que no era solo un conejito si no que eran como diez.

Habían muchos conejitos chiquitos, seguro la conejita mas grande era la madre de los conejitos bebés. Eran tan bellos.

Saqué mi celular lentamente de mi bolsillo y les tomé foto sin hacer mucho ruido y me fui.

— Miren chicos lo que encontré. - les dije mostrando las fotos de los conejitos.

— Son tan adorables. - dijo Sunghoon derritiéndose de la ternura.

— Son hermosos. - dijo mi hermana.

Después de un rato decidimos irnos para comer algo.

Preparé un pay de fresas que me quedó delicioso.

— Me encanta jiji. - dijo Sunghoon.

— Cocinas mejor que mamá. - dijo Rosé.

Sus palabras me alagaban, pero era cierto era excelente en la cocina.

Comimos y decidí llevarle un pedazo a cada integrante de la familia de Soobin.

Llegué a su casa y toqué la puerta.

Soobin me abrió y me saludó.

— Mira, hice un pay. Les trajé a ti y a tu familia. - le entregué los contenedores.

— Muchas gracias. - me abrazó Soobin.

— ¿Quieres pasar?

Soobin se hizo un lado pero me negué.

— Disfruten, me iré a casa a hacer unas cosas. Nos vemos. - lo abracé y me fui.

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Holaa, ¿Cómo están? Espero muy bien. Este es el segundo capítulo de esta historia. Me está gustando mucho, y espero a ustedes también. ¿Qué les parece hasta ahora?

Espero y hayan disfrutado.

Con cariño, Jaz. ‹𝟹