Soy errores, equivocaciones, fracasos, sufrimiento. Soy la construcción de muchas vidas. He muerto y renacido incontables veces, siempre con la ilusión de construir algo mejor dentro de mí. Con el sueño de dejar ese personaje atrás, de olvidar lo malvado que un día fuí.
Hago recuerdos. Hago experiencias. Hago sentimientos y hago emociones. Pero sobre todo, hago y creo momentos que me ayuden a aprender a amarme y amar a los demás.
Me apasiona escribir, me apasiona el teatro, me apasiona la música y bailar descalzo sobre el pasto. Me apasiona sentir la tierra en mis pies y respirar el aire tan fresco que nos trae el viento.
Sueño con algún día ser escritor, sueño con vivir en el mar lejos de las normas y la violencia de los hombres. Sueño con leer sentado en la proa de mi barco, donde el océano se vea infinito.
Y donde pueda morir con el recuerdo más bello que tengo de todas las personas que he amado. No hay nada más bello en este mundo que la diferencia.
No es necesario que te compares con tus compañeros. Tú eres única en este mundo y tu existencia ya es de por sí un milagro de la naturaleza. No te compares, crece, vuela y vuela alto. Tan alto que puedas ver lo que yo veo en este momento. Y lo que yo veo, lo que veo en tus ojos, lo que veo en tu sonrisa, lo que veo en tu existir... Lo que yo veo es belleza.La vida en ocasiones suele ser un laberinto interminable. Pero estar perdido no siempre es malo.
La ausencia de un propósito suele ser la oportunidad perfecta para descubrir un gran secreto. Un secreto misterioso y atractivo que conquista cada corazón aventurero y soñador.
Un secreto que nos permite apreciar los colores en su máxima expresión.
El verde de los árboles y las plantas que nos dan la bienvenida desde el nacimiento. Sentir el palpitar de la madre tierra en mis pies.
El azul del océano y del cielo que acoge nuestras esperanzas y nuestros sueños más profundos.
El amarillo del sol, que nos brinda calor, amor, paz y vitalidad.
El negro de la oscuridad, del descanso, de la enajenación más intensa y solitaria.
El blanco de la luna, el blanco de las nubes. El blanco de las páginas de un buen libro leído a la madrugada.
¿Quién soy? Es una excelente pregunta. No soy nadie. No soy importante. No dejaré una huella que cambie el rumbo de la humanidad. Y es precisamente eso, lo que más me enamora de mi existencia.
No siempre debe haber un propósito el cual cumplir. Basta con apreciar la belleza que me regala la vida, basta con valorar cada detalle, cada nimiedad, cada instante que al parecer carece de importancia y relevancia suficiente como para ser recordado.
Basta con respirar... Porque cada respiro es un milagro de la naturaleza.
¿Quién soy?
Soy la muerte de muchas vidas y el nacimiento de muchas otras.