Dos meses después...
Habían pasado dos meses, dos malditos meses de no saber nada de Sebasthian y me estaba empezando a desesperar, Nana ya me había advertido que a Sebasthian le tomaría tiempo volver, pero que era tan importan como para mantenerlo alejado y si esa era su misión antes de volver, todos los pensamientos negativos están empezando a atacarme y si Nana se hubiera equivocado y él no estaba vivo, sacudo la cabeza con fuerza quería que esos pensamientos salieran de mi cabeza tan rápido como fuera posible.
- Stasy? - escucho la voz de mi madre y levanto la mirada.
- Estas pensativa - Te quedaste mirando a la nada - exclama y sonrió un poco.
- Si - Lo estoy - digo y sigo arandoo la tierra para cosechar verduras, me concentró en trabajar para no pensar de mas, todos los días ayudo a los demás para mantener los pensamientos negativos fuera de mi, a veces lo logro otras veces me enloquecen pero en las noches todo se vuelve peor, las noches se han vuelto eternas y solitarias ya he empezado a sufrir de insomnio, entonces cuando no logro dormir salgo de la casa y camino alrededor de ella, a veces me quedo mirando la luna y siento una conexión extraña como si Sebasthian también la mirada.
La noche llega y como no tengo sueño decido salir al exterior, camino un poco hasta llegar al limite del bosque y me siento en el suelo mirando hacia la casa, miro al cielo y me concentro a mirar la luna y comienzo a rezar.
Dios por favor permite le volver, déjalo estar a mi lado, quiero una vida con él, sin él no quiero esta vida ni ninguna otra, me esta consumiendo, me esta matando lentamente, por favor, escúchame, ayudarlo a volver a mi.
Pido y un relámpago ilumina el cielo, un rayo cae cerca sobre un árbol y salto por la sorpresa, un aguasero se desata y corro hacia casa, solo que no me había dado de cuenta lo mucho que me aleje, escucho como los truenos se acercan a mi y jadeo, corro mientras me moja el agua, miro como la puerta de la casa se abre y sale mi padre.
- Stasy! - escucho el grito de mi padre y corro con todas mis fuerzas, subo las escalas de la entrada y me lanzó en los brazos de mi padre, escucho el estruendo más ensordecedor y jadeo, me levanto y mi padre hace lo mismo y cierra la puerta.
- Que coños hacías afuera!? - mi padre grita enojado y yo jadeo por el esfuerzo.
- Dando un pequeño paseo nocturno - susurro mientras tiemblo por el frió
- Que fue eso? - trago duro y jadeo solo para ver negar a mi padre ante mi pregunta
- No se - Bueno si lo se eran rayos y caían tan cerca de ti que pensé lo peor - exclama y me levanto del suelo, escucho pasos rápido bajando las escaleras
- Que pasa aquí? - Escucho la voz de mi madre y jadea apenas me ve, sonrió y ella gruñe.
- Que hacías afuera a esta hora Stasy? - Pregunta de nuevo mi padre y mis dientes castañean del frío.
- Pa - Ya te dije... - Fui... - A dar... - Una vuelta - No me di cuenta de lo... - Lo lejos que estaba - tartamuedeo mientras mis dientes castañean, mi madre seca mi cabello mientras mi padre pone un poco de leche en la estufa.
- Quítate eso señorita - mi madre exclama pero me siento como un perro regañado, mi padre se da vuelta y me quito mi pijama, mi madre me envuelve en una manta, veo como mi padre apaga la estufa y sirve la leche en una taza y espera.
- Esta presentable - mi madre exclama y mi padre se da vuelta, pone en frente de mi la taza de leche, la tomó en mis manos y siseo, el calor de la leche se filtra por la taza y es reconfortante.
- No puedes salir así de casa Stasy y más a esta hora - mi padre me regaña mientras miramos por la ventana como afuera el agua cae a cántaros y los truenos no cesan.
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SERIE LA MUÑECA DEL BRATVA - SEBASTHIAN - LIBRO 5
RomanceStasy Nacida en Rusia, con un destino marcado por sangre, era la hija mayor de la muñeca del Bratva, lo que significaba que por línea de sangre tenía que tomar el negocio de la familia, pero..... No quería. Solo quería ser yo la dueña de mi destino...