Better
NADIA
Desperté sobresaltada, incapaz de moverme. Sentía un peso opresivo en mi pecho, como si algo se hubiese materializado encima de mí. Cuando abrí los ojos, la penumbra de mi habitación parecía más densa de lo habitual. Una figura oscura, grotesca, se cernía sobre mí, con una sonrisa torcida que me heló la sangre. Intenté gritar, pero mi garganta estaba muda. Quise moverme, pero mi cuerpo no respondía.
“Esto no puede estar pasando”, pensé, mientras el miedo me paralizaba. La sombra parecía alimentarse de mi terror, acercándose más, su sonrisa ampliándose de forma antinatural.
Fue entonces cuando la puerta se abrió de golpe, y una voz familiar rompió la tensión.
—¡Nadia! —Era Bryan. Su entrada pareció ahuyentar a la sombra, y de repente, mi cuerpo recuperó el control. Grité ahogadamente mientras me incorporaba de golpe.
Bryan corrió hacia mí, sus ojos preocupados. Me abrazó sin decir una palabra mientras yo sollozaba contra su pecho, el terror aún anclado en mis venas.
—Estoy aquí, tranquila —murmuró, acariciando mi cabello. Su voz tenía un efecto calmante, pero las lágrimas seguían cayendo. No sabía si lloraba por el miedo o por el alivio de no estar sola.
Después de unos minutos, logré tranquilizarme lo suficiente para hablar.
—No sé qué fue eso… Pero sentí… como si algo quisiera matarme.
Bryan me miró, serio, pero sin perder su toque protector.
—Lo que sea que pasó, ya no está aquí. Estoy contigo, Nadia. No voy a dejar que nada te pase.
Respiré profundamente, intentando calmarme. Bryan permaneció conmigo hasta que logré volver a dormir, aunque él se quedó sentado en una silla cerca de mi cama, vigilándome.
A la mañana siguiente, aún me sentía inquieta, pero el deber llamaba. Cuando llegué a la central, el bullicio habitual de los soldados y las órdenes gritadas por los superiores me devolvieron un poco de normalidad. Sin embargo, algo era diferente.
—Capitana James, el coronel Almonte quiere verla en su oficina —me informó uno de los soldados al pasar.
Fruncí el ceño. ¿Coronel Almonte? Ese nombre no me sonaba. Caminé hacia la oficina señalada, tocando la puerta con firmeza antes de entrar.
—Adelante —dijo una voz grave, con un acento marcado que me resultó familiar.
Abrí la puerta y me detuve en seco. Allí estaba, sentado tras el escritorio, el hombre con el que había bailado en la discoteca días atrás. Sus ojos azules me miraban con una mezcla de seriedad y algo de diversión.
—¿Tú? —dije, sin poder evitarlo. La sorpresa en mi voz era evidente.
Él se levantó, alto y con una postura impecable. Vestía el uniforme con una elegancia natural, pero lo que más destacaba era su acento de rancho que rompía con la imagen formal.
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VENGANZA DESEADA [#1 MUJERES INFERNALES: SAGA]
RomanceNadia James es una mujer cuya valentía no se puede encasillar en simples palabras. Es vengativa, egocéntrica, narcisista, malcriada y caprichosa, sí, pero ¿quién no lo sería después de todo lo que ha soportado? Las cicatrices invisibles de su pasado...