Forty One Winks.

7- Charla entre amigos.

Cuando Haein llegó a casa, el sonido de la puerta al abrirse la recibió con un suspiro de alivio. La tranquilidad de su hogar la envolvió, pero el miedo seguía dando vueltas en su estómago. A pesar de la seguridad de su casa, el recuerdo del extraño en la parada de autobús no desaparecía. La imagen de su rostro sonriente, tan inquietante, se mantenía en su mente.

Entró rápidamente sin mirar a su hermano, Taehyun, que estaba en la sala preparándose para salir. Él, con su chaqueta de cuero y las llaves en la mano, había notado su presencia, pero no esperaba que ella respondiera mucho. De todas formas, intentó decir algo, apenas levantando la vista de su teléfono.

—Voy a salir con Yeonjun. Nuestros padres no están, así que... si tú te quedas, te quedas sola esta noche —mencionó con tono relajado, casi como una afirmación, sin esperar una respuesta.

Haein no contestó. Pasó por su lado sin prestarle atención, caminando directamente hacia su cuarto. El peso de la tarde seguía colgando sobre ella, y no estaba de humor para charlas triviales. Quería estar sola. Quería dejar de pensar en lo que había pasado en la parada de autobús, y Taehyun, con su tono despreocupado y su costumbre de salir con amigos, no podía ayudarla en ese momento.

Al entrar en su habitación, cerró la puerta tras ella con un leve golpe, el sonido que lo seguía la reconectaba con la soledad que sentía en ese instante. Se tiró en la cama, mirando al techo sin realmente verlo, mientras el ruido de los pasos de su hermano se desvanecía con el sonido de la puerta principal cerrándose.

El silencio en la casa se volvió pesado. Por un momento, Haein deseó que Taehyun no hubiera salido. No por la compañía, sino por la sensación de que alguien más estuviera cerca, como si su presencia pudiera protegerla de sus propios pensamientos. Pero él ya se había ido, y con él, la oportunidad de evitar la oscuridad que se cernía sobre ella.

Aunque Taehyun no la había presionado, ella sabía que su hermano estaba acostumbrado a que se quedara en casa. Él no podía entender por qué prefería estar sola después de todo, pero esta vez, el sentimiento de soledad era más pesado de lo habitual. Sin ganas de comer o hacer nada, Haein se recostó, abrazando las sábanas, dejando que el silencio la envolviera mientras el miedo y la incomodidad seguían ahí, como fantasmas que no la dejaban en paz.

Pensó en la cita con Yeonjun, en cómo él había sido una presencia inesperada en su vida, pero ahora todo parecía un borrón. Todo lo que quedaba era el eco de sus emociones, el recuerdo de un beso que no había sido realmente un beso, y el miedo de estar sola en la oscuridad de la noche.

Decidida a distraerse de sus pensamientos oscuros, Haein caminó hacia su escritorio y encendió su computadora. No podía seguir sumida en el silencio pesado que la rodeaba. Necesitaba algo que la sacara de ese momento incómodo. Abrió Spotify y, sin pensarlo mucho, puso su lista de reproducción de Taylor Swift a todo volumen. Las primeras notas de "Shake It Off" invadieron la habitación, y Haein, aunque un poco incómoda, no pudo evitar sonreír de lado. Siempre había sido su forma de escapar, de soltar el estrés.

Al principio, se quedó sentada en su cama, dejándose llevar por la música, pero pronto, la melodía de "You Belong With Me" la hizo levantarse. Comenzó a bailar por la habitación sin ningún ritmo, solo por el impulso de liberar toda la tensión. Su gato, quien había estado durmiendo tranquilamente en su cama, se levantó de un salto al ver cómo su dueña movía los brazos de un lado a otro. Mochi, claramente confundido, se acercó a ella con sus grandes ojos redondos, tratando de entender qué demonios estaba pasando.

Haein, ignorando al pobre gato, seguía cantando con fuerza, como si nadie pudiera oírla, aunque sabía que el volumen probablemente se escuchaba en toda la casa. Mochi, frustrado por la falta de atención, saltó sobre la cama, bufando y maullando mientras intentaba esconderse entre las sábanas.