STASY PETROV LEVEDEV

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Un año después....

Sebasthian y yo llevábamos un año de casados, habíamos tenido que pasar por algunos pequeños baches en el camino pero supimos sobrellevarlos, algunos días eran bueno y otros no tanto, habían noches que Sebasthian tenía pesadillas y gritaba como si le causaran mucho dolor, otras veces gritaba mi nombre así que aprendí a calmarlo, no ha querido compartirme lo que vivió esos meses que estuvimos lejos, quisiera que se abriera y me contará llego un momento en que deje de insistir por su salud mental, se alteraba cuando le pedía que me contara, porque quería que compartiera el peso de su experiencia para que no fuera tan pesada para él pero casa vez se cerraba mas así que lo deje por el bien de ambos.

Por otro lado no me quejo de mi vida de casada, ha sido maravilloso tener a Thian para mi, el hombre prácticamente vive para mí, es cariñoso, tierno y responsable, me cuida y me protege como si fuera de cristal.

Miro por la ventana como todos se van a trabajar, desde que llegamos a Escosia todos trabajan con mi padre, se van en la madrugada hacia el bosque, derriban árboles y la venden como leña, se que mi padre continúa con uno que otros negocios ilegales, se que aún vende armamento a algunas mafias, se va por dos o tres días hace el envío y vuelve, hoy... Todos salen de la casa, los veo adentrarse a los árboles a lo lejos veo que Sebasthian deja de caminar, se da la vuelta y mira a la casa, se que puede verme por la ventana, se da vuelta y sigue a los demás.

Desde que comenzó a trabajar con mi padre se que le ha dado dificultad alejarse de casa, de alguna forma siento que... Tiene miedo de perderme de vista, lo que no sabe es que está amarrado para siempre conmigo, he llorado mucho como para perder lo de nuevo.

Hoy es viernes el ultimo día en la semana que trabajan y se que ya los chicos no volverán al bosque hasta el lunes, se convirtió en un ritual familiar hacerles a los chicos una parrilla todos los viernes, compramos cervezas y vino, hoy es el mejor día, de todos de toda la semana.

Me alejo de la ventana y me acuesto en el lado que Thian ocupa en la cama, me abrazo a su delicioso olor y suspiro con una sonrisa en sus labios, me acostumbre a dormir en el lado de Thian, había encontrado mi tranquilizante, mi relajante, su olor era mi mejor medicina porque no iba a mentir, a mi me daba igual de duro que él dejarlo ir a trabajar cuando solo quería estar a solas con él.

Los recuerdos de todo lo que vivimos para llegar a donde estábamos invaden mi cabeza, las veces que lo seguía en la noche hasta el gimnasio, las veces que nos mirábamos de lejos y sentía más que una conexión, las veces que peleábamos, los besos, las caricias, cada una de las lágrimas que derrame... Valieron la pena para llegar a donde estamos ahora.

Habíamos perdido a personas que no volveríamos a recuperar pero siempre las recordaríamos y las tendríamos en nuestro corazón, habíamos llegado finalmente a lo que tanto buscábamos la libertad, la felicidad.... Tendríamos que cuidarla, para nunca perderle.

Unas horas mas tarde el sol sale tocando la ventana de mi habitación, me levanto de la cama y me ducho trato de ser rápida y no demorar al final salgo del baño y me pongo mi vestido largo, estamos en veranos así que quiero aprovechar para tomar algo de sol, bajo a la primera planta y me encuentro con mi madre, Jade, la hermosa Kassandra, los gemelos, la tía Alina, Katerina y Alexandra, todas están moviéndose por la cocina, todas me miran y me saludan, me acerco a la nevera y tomó algo de fruta, todos desayunamos, luego empezamos a trabajar en la limpieza de la casa, recogemos la ropa sucia, Kassandra a pesar de ser aún "mi pequeño caramelo" así la llamo de cariño, nos ayuda a recoger cosas, es una niña muy ordena, pero también es muy traviesa, ah... Y se me olvidaba es una pequeña provocadora, lo sé.... Las mujeres Kovlovas o Lébedevas somos de temer, se que esa chiquilla le ha sacado algunas cuantas canas a T.

El día se va con rapidez y comezamos a preparar el asado, el sol está cayendo, así que prendemos las luces externas y todo afuera se ilumina amo esta casa porque se ver perfecta de noche, ademas porque siempre parece navidad, todas corremos de un lado para otro terminando los detalles de nuestra semana, escucho el sonido de los motores de algunas motocicletas pero tambien se escucha el sonido de los cascos de los caballos golpeando el suelo, esa es la señal de que los chicos estan llegando, la musica suena y veo a las chicas arreglar una mesa en el exterior con cervezas y copas de vino, mamá y Tía Alina se encargan de asar la carne, terminó de arreglar la mesa y algo me dice que me de la vuelta, levanto la mirada y me doy la vuelta lentamente, entonces veo que Sebasthian se acerca a paso ligero, sonrió al darme cuenta de como me esta mirando.

Tiene el cabello recogido en una moña desordena, no permití que se cortara el cabello o la barba, se veía maldita mente sexy, era una tontería pero.... Mis hormonas estaban más alborotadas que nunca.

Y aunque se que mis hormonas se alborotan cuando veo a mi hombre se que es por algo más, algo más grande algo más maravilloso.

Llevo días enferma y aunque lo he ocultado de Sebasthian se que él lo ha notado, un poco, no mucho pero si mis cambios de apetito y no hablo solo del apetito alimenticio el apetito sexual lo tenía a mil.

No podría haberme enamorado de un hombre diferente a Sebasthian, nunca hubiera podido estar con otro hombre que no fuera él, siempre estuvo en mi vida desde que nací.

Ahora era el momento de ser felices, de tener una familia nuestra familia; lo que viniera lo tomaría con las manos abiertas y empezaría una nueva vida con él.

Después de todo no lo merecíamos, habíamos sufrido lo suficiente como para no poder disfrutar un poco de la libertad, de la pequeña burbuja de paz.

Me aseguraría de que lo que nos quedará de vida vivirlos con intensidad.

Haría valer la pena cada latido de nuestros corazones, cada segundo que pasamos juntos.

Así que...

Hoy estábamos aquí y mañana en cualquier parte del mundo.

Porque la historia continua.

SERIE LA MUÑECA DEL BRATVA - SEBASTHIAN - LIBRO 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora