6.

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Esa noche, mientras el pequeño Shisui dormía profundamente en su cuna, Sakura y Itachi permanecieron en la sala. La calma de la casa estaba acompañada por el tenue brillo del collar en la habitación del bebé, emitiendo una extraña serenidad.

Sakura rompió el silencio, con los brazos cruzados y la mirada fija en el té que sostenía:
—Ese collar... Shisui-san parecía tan seguro al dárselo. ¿Crees que significa algo más, Itachi?

Itachi, sentado frente a ella, asintió lentamente.
—Shisui siempre tuvo una forma única de ver el mundo, incluso en los momentos más oscuros. Ese collar no es solo un símbolo de protección. Es una conexión, un recordatorio de su legado.

Sakura miró hacia la habitación del bebé, donde shisui dormía plácidamente.
—Es increíble pensar en todo lo que ese hombre ha vivido. Tiene una energía... diferente.

Itachi la miró con seriedad.
—Shisui es más que diferente. Si está aquí, ahora, es por algo importante. Su presencia podría ser una señal de que algo está por cambiar.

Sakura, inquieta, se abrazó a sí misma.
—¿Crees que el pequeño está en peligro?

Itachi negó con la cabeza.
—No lo sé. Pero algo me dice que Shisui tiene un papel más grande en esto de lo que imaginamos.

La conversación fue interrumpida por un leve llanto. Sakura se levantó rápidamente para atender al bebé, dejando a Itachi en sus pensamientos.

Cuando Sakura regresó, traía al pequeño en brazos. Shisui estaba despierto, balbuceando mientras miraba fijamente a Itachi. Sakura lo balanceó suavemente, intentando calmarlo.
—Parece que quería verte —bromeó, ofreciéndole el bebé a Itachi.

El Uchiha tomó al pequeño con cuidado, mirándolo directamente a los ojos. Por un momento, el tiempo pareció detenerse. El pequeño Shisui extendió su manita hacia el rostro de su padre, tocándole suavemente la mejilla.

Itachi sintió algo extraño, como un eco de emociones que no podía explicar. Era como si el pequeño intentara decirle algo importante, algo que no podía expresar con palabras.

Sakura los observaba, sonriendo ante la escena.
—Hacen un buen equipo —dijo, tratando de aligerar el ambiente.

Pero Itachi seguía serio, incapaz de ignorar la sensación que lo invadía. Finalmente, suspiró y habló con firmeza:
—Pase lo que pase, protegeré a este niño.

Sakura lo miró con ternura.
—Ambos lo haremos.

En ese momento, alguien tocó la puerta. Sakura frunció el ceño, extrañada.
—¿A esta hora?

Itachi se levantó con el bebé en brazos y se dirigió a la entrada. Al abrir, encontró a Kakashi, quien parecía haber llegado directamente de una misión.

—Kakashi, ¿qué haces aquí tan tarde? —preguntó Itachi, intrigado.

Kakashi alzó una ceja, su ojo visible mostrando una leve curiosidad.
—Minato les dio una casa. Quería asegurarme de que todo estuviera en orden.

Itachi asintió, permitiéndole entrar. Sakura saludó desde la sala mientras Kakashi se acercaba al pequeño Shisui. El ninja copión inclinó la cabeza, estudiando al bebé con interés.
—Vuelvo a repetir, ese bebé tiene un parecido... muy curioso contigo Itachi. —Su tono era bromista, pero había un trasfondo de sospecha.

𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora