CAPÍTULO 2

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|BLAIR|

Me desperté en mi habitación.

Por un momento no estaba segura de donde estaba, cerré los ojos por la fuerte claridad y los abrí lentamente para acostumbrarme a la luz. De nuevo aquí, todo parecía igual, como si nada hubiera pasado y mi madre me esperase abajo con el desayuno. He tenido suerte de que nadie haya entrado en mi casa, la mayoría del barrio también seguían igual, supongo que todo el mundo fue a la ciudad. Anoche comprobé que aún funcionaba el agua, salía helada, pero decidí darme una ducha rápida para despejarme. Cuando acabé, me vestí con ropa de mi antiguo armario. Me coloqué una ancha camiseta oscura hecha con tejido respirable que me ponía para entrenar casi siempre, unos pantalones de deporte verdes camuflaje de tela impermeable que encima estaba repleto de anchos bolsillos y por último me coloqué mis botas militares. Miré a mis vans con anhelo, mis queridísimas vans, suspiré. Mis zapatillas favoritas por excelencia, eran tan cómodas, poco pesadas y versátiles que me las ponía siempre. Miré la mochila pensativa, tengo que aprovechar el espacio, pero son mis vans, agarré decidida las zapatillas por los cordones y las ate en la parte baja de un asa de la mochila. Molestarán al andar e irán rebotando en mis piernas, pero merece la pena el sacrificio.

Bajé con la mochila a cuestas y me dirigí a la cocina para terminar de coger las últimas cosas. Cuando estaba metiendo una caja de cerillas en la mochila entró Dylan por la puerta del garaje mientras cargaba con una mochila típica militar de mi hermano, también llevaba puesta su ropa. Iba vestido con una camiseta negra básica y unos pantalones anchos del mismo material que los míos grises. Por unos instantes casi creí que era él. Parpadeé un par de veces y sacudí la cabeza. Ahora no es momento para la nostalgia, hay mucho que caminar. Me dirigí a él decidida.

—Sé que ibas al norte, pero no creo que sea una buena idea.—pasé a su lado y entré en el garaje. Tenía que haber linternas por algún lado. Dylan me observaba mientras yo rebuscaba por los armarios—¿Y bien?¿Ni siquiera vas a preguntar por qué? —me giré y le miré alzando una ceja.

—Eres Blair Peters, ¿verdad?—lo dijo bajo, casi susurrando, pero con tono seguro y sin venir a cuento. Así que sí me conoce.—Sabía que me sonabas de algo, eres la hermana de Matt, ¿verdad?—se notaba la pena en su voz al hablar de él, pero pena ninguna, yo sabía que mi hermano seguía vivo, tenía que estarlo.—¿Estabas con él cuando todo empezó?

Noté su voz más próxima a mí y me giré para encontrarlo a escasos metros, se había movido con mucho sigilo o yo estaba perdiendo todas las facultades que me costó tanto entrenar. Me quedé observándole un momento sorprendida, respiré hondo y al final respondí:

—No, él estaba en una misión del ejército, yo me quedaba con mi tía en la ciudad—sentí como se me formaba un nudo en la garganta y tosí para deshacerme de él.—¿Has visto linternas por algún lado?

—Sí, las cogí yo antes.—se sacó una de la mochila y me la ofreció.—Salí a buscar provisiones a las demás casas, pero antes miré bien en tu garaje, suele haber cosas útiles.—se acomodó el pelo con la mano mirándome de nuevo, pero esta vez de manera curiosa.—¿Por qué no debería ir al norte?

—Porque ahora mismo sí, puedes estar bien, pero dentro de poco empezará a llegar el frío—comencé a moverme, revisé una última vez la habitación de las armas y cogí una navaja que había en el escritorio, la metí en el bolsillo del ancho pantalón.—¿Llevas todo?

Asintió.

—Bien, pues sígueme.—salí del garaje y comencé a caminar hacia las traseras de mi casa, Dylan dudó unos segundos pero se colocó rápido a mi lado.—Como decía, el frío no es un buen aliado. Aparte, aquí cerca hay un río que desemboca en el sur, podemos atravesar el bosque y llegar a él para seguir su cauce. No creo que sea seguro establecerse en algún lado.—le eché un vistazo rápido para ver si me seguía, miraba al suelo mientras asentía, analizando el plan que le estaba exponiendo, continué hablando.—Así nos aseguramos de tener siempre agua y una guía.

Él. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora