Capitulo 1. Un Amanecer poco probable

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Los personajes de Rwby no me pertenecen, todos sus derechos a sus respectivos dueños.

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El reloj de la cafetería marcaba las cinco de la mañana, y Beacon estaba en su momento más tranquilo. Jaune Arc se sentó en una de las mesas cerca de la ventana, su espada Crocea Mors apoyada contra la silla. Frente a él, una taza de chocolate caliente soltaba vapor, llenando el aire con su dulce aroma.

Apenas había movimiento en la sala. Solo los cocineros, inmersos en su rutina, rompían el silencio con el ocasional sonido de sartenes y utensilios. Jaune dejó escapar un suspiro largo, apoyando la barbilla en una mano.

"¿Cómo terminé aquí?", pensó, mirando por la ventana cómo el cielo empezaba a teñirse de tonos anaranjados. El amanecer estaba cerca, y Beacon, normalmente bullicioso, parecía un lugar completamente distinto en esas horas.

El día anterior había sido agotador. Nora, impulsada por su entusiasmo habitual y un descubrimiento reciente de café, había puesto a todo el equipo en jaque. Ren había pasado horas intentando controlarla; Pyrrha, siempre paciente, había tratado de mediar; y él… bueno, como líder del equipo, había hecho su mejor esfuerzo para evitar que la situación se descontrolara. Sin mucho éxito.

"¿Soy realmente un buen líder?", se preguntó, revolviendo el chocolate con la cuchara sin mucho interés. A veces sentía que no estaba a la altura. Su equipo lo veía como su guía, pero él aún se sentía como un chico inseguro que apenas podía sostener una espada correctamente cuando llegó a Beacon.

Miró hacia la espada junto a él. Crocea Mors era un recordatorio constante de lo lejos que aún tenía que llegar. Era un arma confiable, sí, pero también una reliquia de una época en la que los Arc eran grandes guerreros. Jaune no podía evitar pensar que no estaba a la altura del legado de su familia.

"Pyrrha dice que tengo potencial," recordó. Su compañera siempre estaba ahí para apoyarlo, para recordarle que podía lograr grandes cosas si confiaba en sí mismo. Pero era difícil creerlo cuando se comparaba con el resto de los estudiantes en Beacon.

Ruby y su habilidad con la Crescent Rose. Yang y su fuerza imparable. Blake y su agilidad casi inhumana. Incluso Weiss, a pesar de su actitud, tenía un talento que parecía inalcanzable. Y luego estaba su propio equipo: Ren, con su calma y precisión; Nora, con su energía y fuerza desbordante; y Pyrrha… Pyrrha, que era prácticamente una leyenda viviente.

Jaune dejó escapar una risa suave. "Soy el eslabón más débil de este lugar," murmuró, aunque la idea no le resultaba tan deprimente como antes. Si algo había aprendido en su tiempo en Beacon, era que incluso el más débil podía encontrar su lugar.

Miró hacia la ventana de nuevo, observando cómo la luz del amanecer se hacía más intensa. El día estaba comenzando, y con él, un nuevo desafío seguramente lo estaría esperando. Beacon no era un lugar para relajarse. Siempre había algo que hacer, algo que aprender, algo que mejorar.

"Quizás algún día," pensó Jaune, enderezándose en su silla y tomando un sorbo de su chocolate. "Quizás algún día realmente pueda ser el líder que ellos creen que soy."

Dejó la taza sobre la mesa y se recostó en la silla, permitiéndose unos momentos más de calma antes de regresar al dormitorio. Sabía que Nora despertaría pronto, llena de energía como siempre, y que Pyrrha y Ren probablemente tendrían que lidiar con las consecuencias de su entusiasmo.

Por ahora, al menos, podía disfrutar de ese momento de tranquilidad.

Pero, en el fondo, Jaune no podía sacudirse la sensación de que algo estaba a punto de cambiar. Beacon siempre tenía sorpresas guardadas, y Jaune sabía, de alguna manera, que la calma nunca duraba demasiado.

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⏰ Última actualización: 5 hours ago ⏰

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