Capítulo 27

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Artemisa.

Camino por los pasillos de la universidad ignorando las miradas curiosas y los cuchicheos sobre mi, llego hasta mi casillero en busca de unos libros para mi primera clase del día, una sonrisa se forma en mis labios cuando siento los pétalos de una flor acariciar mis dedos cuando ingreso mi mano en mi casillero, me levanto en las puntas de mis pies para ver de qué se trata notando que es un hermoso girasol, lo llevo hacia mi nariz oliendo el aroma de la flor con una sonrisa en mis labios, cierro mis ojos inhalando profundo y embriagándome con el aroma que impregna la flor, abro mis ojos y vuelvo a mirar dentro del casillero topándome con una nota, la tomo entre mis dedos leyendo el contenido.

Creo que es un poco injusto que hayas besado a cuatro de nosotros, espero que cuando nos volvamos a ver seas un poco más justa con tus hombres, rubia.

Mis mejillas arden, creo que ya se me está haciendo costumbre esto de sonrojarme por todo lo que tenga que ver con ellos.

Me desconozco.

Tomo mis libros entre mis manos, cierro el casillero y caminó hacia mi salón sin poder apartar la vista del girasol, muerdo mi labio inferior tratando de disipar los pensamientos que empiezan a azotar mi mente fallando monumental, termino envuelta en una burbuja de fantasía donde solo puedo pensar en los labios de Alek y Eliam sobre los míos.

Justo como los de los chicos.

Sacudo mi cabeza entrando al salón, espero pacientemente a que la maestra llegue para por fin dar inicio a la clase, muevo una de mis piernas mientras miro por la ventana, ruedo mis ojos cuando empiezo a escuchar unos cuchicheos poco disimulados delante de mí, volteo en su dirección viendo a dos chicas, una tiene el cabello castaño y la otra lo tiene pelinegro, ambas se encuentran dándome la espalda así que no puedo ver sus rostros.

Castaña: Se que caerá, todos lo hacen tarde o temprano.

No le presto atención, o bueno, eso intento al menos, aunque algo causa que mi intento por ignorarlas se disipe.

Pelinegra: ¿No temes que te maten? Con Los Ángeles de la muerte no se juega.

Me coloco mis auriculares cuando las chicas voltean en mi dirección, simuló no estar escuchándolas y luego de mirarme por breves segundos siguen con su conversación.

Castaña: Se que le gusto a uno de ellos, los otros no podrán hacerme nada cuando sea su mujer— su voz chillona empieza a irritarme, clavo mis uñas en las palmas de mis manos y reprimo el bufido que quiere escapar de mi boca— seré la reina de este pueblo.

Estúpida.

Pelinegra: No creo— la castaña la fulmina con la mirada, me mira de reojo antes de hacer una mueca con sus labios— ellos parecen estar interesados en la nueva.

La chica se levanta de su asiento llamando la atención de todos en el salón, señala a su amiga con su dedo ante de soltar con voz extremadamente chillona.

Castaña: Es solo una insípida que no podrá satisfacer a un hombre de ese calibre, ahora imagínate a seis— suelta con burla y desprecio— aunque intente ser una zorra como sus madres no podrá, no la dejaré.

Frunzo el ceño cuando veo como el rostro de la pelinegra se torna pálido, mira a sus lados con miedo antes de tomar por el brazo a su amiga levantándose de su asiento.

Pelinegra: ¿Acaso estás loca? ¿Quieres morir?— susurra entre dientes, logro ver cómo clava sus uñas en el brazo de la chica provocando una mueca de dolor en la misma— no hables así de ellas, no quiero terminar pagando las consecuencias de tu estupidez.

Se la lleva a rastras del salón sin importarle qué todo el mundo las vea, ladeó mi cabeza cuando la maestra se encuentra de frente con ellas y no las detiene, escucho algunos cuchicheos sin sentido pero todo se detiene cuando la maestra pide silencio, se sienta detrás del escritorio y da inicio a su clase pero yo no puedo concentrarme, no cuando las palabras de esas chicas no salen de mi cabeza.

Es como un tormentoso y molesto eco que me atormenta, miro la puerta por la que se fueron y luego de pedirle permiso a la maestra salgo del salón con pasos acelerados, miro por todos lados intentando encontrarlas, camino hacia los baños y pego mi oreja en la puerta esperando a escuchar cualquier ruido que me dé indicios de que ellas están allí.

Pelinegra: Te matarán si haces eso.

Frunzo el ceño sin entender a qué se refiere, pegó más mi oreja pero mi teléfono empieza a sonar haciendo que detrás de la puerta se arme un silencio, escucho sus pasos acercarse a la puerta y salgo corriendo, me escondo detrás de una pared logrando divisar como ambas salen del baño, miran a todos lados y la castaña termina arrastrando a la pelinegra fuera de mi vista, miro mi teléfono que no ha dejado de sonar frunciendo aún más el ceño cuando veo que son varios mensajes de un número desconocido.

El teléfono resbala de mis manos cuando veo el contenido de los mensajes, mi respiración comienza a fallarme, mis manos tiemblan de forma incontrolable cuando esas imágenes se reproducen una y otra vez en mi cabeza, con el corazón acelerado me inclino hasta tomar mi teléfono con la esperanza de que lo había visto anteriormente sea un espejismo, producto de mi imaginación, siento como mi vista se nubla cuando certifico que no, el mundo a mi alrededor se detiene cuando leo el mensaje adjunto a las fotos.

Asesina.

Esa palabra se repite una y otra vez en mi cabeza, el mundo me da vueltas debido a la falta de oxígeno en mi sistema, siento las lágrimas bajar por mis mejillas cuando veo múltiples fotos de ese día, siento como mi cuerpo se vuelve cada vez más pesado, mis ojos se cierran en contra de mi voluntad y antes de sucumbir ante las garras de la inconsciencia siento como unos brazos me elevan del suelo, en medio de la bruma de oscuridad siento unos labios posarse en mi frente, el calor de un pecho contra mi cuerpo y el aroma masculino de quien me sostiene.

Desconocido: Tranquila, yo me haré cargo.

Y sin poder evitarlo me dejo llevar por la oscuridad sin poder ver su rostro, de mi mente se disipa todo pensamiento, pero la incertidumbre y preocupación no me abandonan.

Alguien tiene pruebas de que asesiné a Viggo.

Nota de autora:

¡¡¡EL DICHE!!!! Wayyyyyyyyyyy, me muero, me va a da' una vaina.

Teorías aquí perres:

En la noche, tipo 8:20 pm, les daré una sorpresa en mis redes sociales, estén pendientes.

Voten y comenten, espermatozoides ganadores.

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Alas De Seducción [+21]Where stories live. Discover now