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La tarde se va desvaneciendo, y el sol comienza a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de un hermoso tono anaranjado. La emoción y los nervios flotan en el aire mientras las chicas terminan de prepararse para la fiesta.

En mi habitación, la música suena de fondo mientras miro mi disfraz de gato negro, colgado en la puerta. La tela negra brilla a la luz de la lámpara, y me siento un poco insegura al pensar en cómo luciré. Grace, Emma, Mia y Kayla se mueven por la habitación, cada una inmersa en su propio ritual de preparación.

     —¿Qué opináis? —pregunta Mia, girando frente al espejo, luciendo un vestido de pirata con una falda corta y un corsé. Su cabello rojo está deshecho, dándole un aire salvaje. —¿Estoy lo suficientemente aterradora?

     —¡Eres la pirata más feroz que he visto! —responde Emma, ajustándose un gorro de bruja que lleva sobre su pelo rubio. —Solo asegúrate de no robarme mis caramelos.

La risa llena la habitación, y no puedo evitar sonreír al ver cómo se apoyan y apoyan entre ellas. Por un momento, siento que los nervios se desvanecen y la emoción comienza a tomar su lugar.

Grace entra con su disfraz de diosa griega, una túnica blanca que brilla como si estuviera hecha de luz. Se mira en el espejo, girando para asegurarse de que todo esté en su sitio.

     —Vicky, ¿no deberías ponerte algo de maquillaje? —me pregunta, sacando un lápiz labial brillante. —Un poco de color no hace daño.

     —Oh, no sé... —digo, sintiendo que la inseguridad comienza a asomarse de nuevo. —Siempre he sido más sencilla.

     —Vamos, Vicky. ¡Eres hermosa! —dice Kayla, mientras se retoca el cabello rizado. —Un poco de brillo te vendrá bien.

Finalmente, accedo y Grace se acerca para ayudarme a aplicar un poco de maquillaje. Con cada brochazo, siento que la confianza comienza a asomar, aunque todavía me cuesta acostumbrarme a verme de esta manera.

     —Perfecto —dice Grace, dándose un paso atrás para admirar su trabajo. —Ahora sí, eres una gata lista para la fiesta.

Con una última mirada en el espejo, siento que estoy lista. Las chicas terminan de arreglarse, y el ambiente se llena de risas y emoción.

     —¡Hora de salir! —anuncia Emma, sujetando su escoba de bruja con una sonrisa traviesa.

Salimos de mi casa, riendo y hablando sobre lo que nos espera en la fiesta. Las luces de la calle comienzan a encenderse, y la noche parece estar llena de promesas.

Al llegar a la casa donde se celebra la fiesta, la música suena desde el interior. Al abrir la puerta, el bullicio nos envuelve, y la pista de baile está llena de gente moviéndose al ritmo de la música. Los chicos, vestidos con sus propios disfraces, parecen disfrutar de la atmósfera festiva.

     —¡Mira quiénes son las chicas más guapas de la fiesta! —grita Tyler al vernos, levantando su vaso en señal de saludo. Su disfraz de vampiro es impresionante, con colmillos y una capa oscura que lo hace parecer un verdadero personaje de terror.

     —Gracias, Tyler. Tú también te ves aterrador —le respondo con una sonrisa, sintiéndome un poco más a gusto.

Cuando miro a mi alrededor, veo a Grace y James juntos, acaramelados y riendo, ambos luciendo disfrazados de forma coordinada; Grace de diosa griega y James de guerrero, ambos con tonos dorados que resaltan su complicidad. El ambiente entre ellos es palpable, y no puedo evitar sentir un pequeño cosquilleo de envidia por su conexión.

Mia y Logan también están cerca, bailando juntos con una complicidad que los hace destacar entre la multitud. Sus risas y miradas cómplices culminan en un beso inesperado, llenando el aire con un sentimiento de alegría y emoción.

Gracias al baloncestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora