capitulo 9

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Una propuesta inesperada

La conversación continuaba, y aunque el ambiente en el apartamento de Makima seguía siendo tranquilo, Yuji sentía como si cada palabra que ella pronunciaba tuviera un peso mayor del que aparentaba. Era como si estuviera jugando un ajedrez mental en el que él apenas sabía las reglas.

Makima se levantó de su asiento y se dirigió hacia la ventana. Desde ahí, observó las luces de la ciudad mientras sus manos descansaban detrás de su espalda.

— Yuji, ¿alguna vez te has preguntado si tu vida está predestinada? —preguntó, sin mirarlo.

Yuji ladeó la cabeza, confundido por la pregunta.

— No lo sé... Nunca he creído mucho en eso del destino. Creo que nuestras decisiones son lo que importa, no algo escrito en piedra.

Makima giró lentamente hacia él, sus ojos brillando con una intensidad casi hipnótica.

— Una respuesta interesante. Pero déjame reformularlo: ¿y si hubiera algo más grande que tus decisiones? Algo que te empujara en una dirección, quieras o no. Algo que... definiera quién eres realmente.

Yuji frunció el ceño. Sus palabras lo incomodaban, y no podía evitar recordar a Sukuna. Ese "algo" que no había elegido pero que lo definía de una manera que odiaba.

— Si ese fuera el caso... —respondió Yuji, su tono más firme—. Entonces, lucharía contra ello. No quiero ser definido por algo que no elegí.

Makima sonrió, y esta vez su sonrisa era más cálida, aunque no menos misteriosa.

— Esa determinación tuya es admirable, Yuji. Pero a veces, resistirse a lo inevitable solo lo hace más difícil. Tal vez, en lugar de luchar, deberías aprender a utilizarlo.

Yuji la miró con desconfianza.

— ¿A qué te refieres?

Makima caminó hacia él, deteniéndose a pocos pasos. Su presencia era imponente, y Yuji sintió como si el espacio entre ellos se hubiera reducido aún más.

— Lo que llevas dentro, Yuji. Esa fuerza, ese poder que intentas ignorar. No tiene por qué ser una maldición. Podría ser un arma, si aprendes a controlarlo.

El corazón de Yuji latía con fuerza. Ella no podía estar hablando de Sukuna... ¿o sí?

— ¿Cómo sabes eso? —preguntó, su voz cargada de tensión.

Makima no respondió de inmediato. En cambio, inclinó ligeramente la cabeza, su expresión ahora casi juguetona.

— Tengo mis maneras de saber cosas. Y créeme, Yuji, no soy tu enemiga. Todo lo contrario. Quiero ayudarte a alcanzar tu verdadero potencial.

Yuji apretó los puños. Había algo en ella que lo hacía querer confiar, pero al mismo tiempo lo mantenía en guardia.

— No estoy seguro de querer ese tipo de ayuda. Si estás hablando de Sukuna, no quiero tener nada que ver con él. Todo lo que hace es destruir.

Makima se arrodilló frente a él, quedando a su altura. Sus ojos lo miraron con una mezcla de intensidad y comprensión.

— Destrucción, creación... Son solo dos caras de la misma moneda. Todo depende de cómo decidas usar ese poder. No te estoy pidiendo que te conviertas en algo que no eres, Yuji. Solo que consideres las posibilidades.

Yuji tragó saliva, sintiendo que el peso de la conversación era casi aplastante.

— ¿Y por qué te importa? —preguntó finalmente, su voz llena de dudas—. ¿Qué ganas con esto?

Makima se inclinó un poco más cerca, y Yuji pudo sentir el frío control en su mirada.

— Porque, Yuji, el mundo necesita personas como tú. Personas que puedan enfrentarse a lo que otros no pueden. Y porque creo que tú y yo podríamos lograr grandes cosas juntos.

La habitación quedó en silencio, y Yuji sintió que las palabras de Makima lo envolvían, como una red que lo atrapaba lentamente. ¿Era esto una oportunidad o una trampa? No lo sabía, pero una cosa era segura: esta noche había cambiado algo en él. Algo que no podía ignorar.

bajo el control del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora