Jeon Jungkook un Ceo importante en Corea del Sur de una de las mas grandes empresas de música junto a sus dos amigos Min Yoongi y Kim Namjoon.
Conocido por ser uno de los hombres más codiciados por mujeres y hombres, lástima que su gusto se limitar...
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La vida de padres era demasiado caótica para Taehyung, quien estaba con Soobin en un brazo mientras intentaba con todas sus fuerzas terminar los ultimos trabajos de la universidad, estaban llegando a diciembre. Soobin cumplía 7 meses en nada de tiempo y no podía sentirse mas feliz, pero los estudios se complicaban.
Rendía los examenes de forma presencial y su hijo quedaba a cargo de Jungkook o la niñera, entregaba trabajos via mail y si debía exponer nuevamente dejaba encargado a su retoño. Pero era agotador, las ojeras marcadas en su rostro y la palidez dejaban notar todo el estrés que acumulaba.
— No Soo, deja de tratar de abrirme la blusa. Dame unos segundos y te doy de comer —. Las manos traviesas del bebé que admiraban a su papi sin entender nada, pero adoraba la voz semi grave y dulce a la vez de Taehyung.
— ¿Necesita ayuda? —. La mujer que habían contratado como ayudante de casa se acercó hasta el castaño extendiendo sus manos.
— No, puedes estar tranquila debo alimentarlo. Ya envié las cosas, ¿Jungkook aún no llega? —. La mujer negó ante su pregunta, y se retiró del lugar para continuar cocinando el almuerzo.
— ¿Deseas nana? ¿Si? Mi hijo es un hambriento como su padre.
— Ush, si a mi ni me dejas beber leche —. La voz rasposa de Jungkook los sobresaltó a ambos, Soobin chilló de emoción y estiró sus brazos hacia el recién llegado olvidando por completo que tenía hambre.
— ¡Koo, nos asustaste! Creí que no llegabas aún —. Taehyung se puso de pié rapidamente para recibir con un beso a su pareja, quien gustoso correspondió mientras tomaba entre sus brazos a su hijo.
— Le dije a Karina que no te dijera nada, era sorpresa. Traje unos regalos —. Comentó guiñándole un ojo.
— Oh, ofrendas, ¿hay algo que deba perdonar?
— Eh...¿No?
— Jeon.
— Pero no me digas así, ¿dónde quedó nuestro amor? ¿dónde? — Dijo exagerando las ultimas palabras mientras levantado a Soobin sobre su cabeza sacándole carcajadas al sentirse en el aire.
La vida de Taehyung había cambiado por completo, ahora tenía su propia familia. No eran solo él y su hermano, tenía a Jungkook y su hijo, a sus sobrinos e incluso nuevos padres que eran su suegro y suegra. No podía pedir más, estaba pleno con todo lo que la vida se había encargado de darle esta vez.
— ¿Ya terminaste de huir con nuestro hijo? Damelo debo darle su leche —. Tomó al pequeño entre sus brazos y lo acomodó de tal manera que estuviera justo para beber leche desde su pecho, bajo la atenta mirada del mayor que se deleitaba al ver la forma tan delicada en que Taehyung se movía, aún le impresionaba ver como Soobin tomaba leche desde ese diminuto pezón, pero para nada pequeño seno.
— ¿Me va a tocar luego?
— Sólo si me dices por qué me traes ofrendas —. Dijo mientras apuntaba las bolsas de cartier.
