Caza.
NADIA
Capítulo 26
El sol apenas se filtraba por las ventanas cuando abrí los ojos. El lugar era extraño pero cómodo, con un aroma tenue a madera y café. Me moví ligeramente, y fue entonces cuando me di cuenta de que no llevaba ropa. Mi cuerpo estaba cubierto por una sábana suave, y la vergüenza me golpeó como un relámpago.
Miré a mi alrededor con rapidez, tratando de ubicar mis cosas. Mi vestido estaba doblado cuidadosamente en una silla cercana. Salté de la cama, agarrando la sábana para cubrirme, cuando la puerta se abrió de golpe.
—¿Planeas escapar? —La voz de Alejandro resonó, su tono tranquilo, casi burlón.
—¿Qué hago aquí? —pregunté, tratando de mantener la calma mientras mis mejillas se encendían de vergüenza.
Alejandro estaba de pie, relajado, apoyado contra el marco de la puerta. Llevaba una camiseta gris que marcaba sus músculos y unos vaqueros oscuros. Sus ojos brillaban con esa intensidad que siempre lograba desarmarme.
—Anoche estabas borracha —dijo, caminando hacia mí—. No podía dejarte sola, así que te traje aquí.
—¿Y por qué estoy desnuda? —pregunté, alzando una ceja.
—Tu ropa estaba cubierta de licor y olía horrible. La lavé. —Hizo una pausa, como si disfrutara de mi incomodidad—. No te preocupes, Nadia, no hice nada.
Me mordí el labio, nerviosa. Entonces mis ojos cayeron en mi mano izquierda. Un anillo delicado adornaba mi dedo anular: una fina banda de oro blanco con un pequeño diamante en el centro, rodeado por diminutas estrellas grabadas.
—¿Qué es esto? —pregunté, aunque en el fondo ya lo sabía.
—Te lo pedí ayer —dijo, una pequeña sonrisa curvando sus labios—. Quiero que seas mi novia.
La memoria me golpeó como una ola. Las palabras, los besos, el anillo… todo regresó a mi mente en un torbellino de imágenes.
—No puedo creer que lo hice… —murmuré, mirando el anillo.
—Si te arrepientes, dímelo ahora. —Su voz era seria, aunque había una pizca de vulnerabilidad en sus ojos.
Lo miré fijamente, mi corazón latiendo con fuerza.
—No, no me arrepiento. —Mi voz fue firme, sorprendiendo incluso a mí misma.
Él sonrió, esa sonrisa que siempre parecía iluminar incluso los rincones más oscuros de mi mente.
—Entonces somos novios. —Lo dijo con una simplicidad que me hizo sonrojar.
Alejandro había preparado el desayuno: huevos revueltos, tostadas y café. Nos sentamos juntos en su pequeña pero acogedora mesa, y por un momento todo parecía normal.
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VENGANZA DESEADA [#1 MUJERES INFERNALES: SAGA]
RomanceNadia James es una mujer cuya valentía no se puede encasillar en simples palabras. Es vengativa, egocéntrica, narcisista, malcriada y caprichosa, sí, pero ¿quién no lo sería después de todo lo que ha soportado? Las cicatrices invisibles de su pasado...