Olor a soledad

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Ese olor.

Ese que se sentía por las calles cada que se paseaba en ellas sin rumbo alguno, buscando comida, algún abrigo para pasar la noche fría, un poco de agua, un trabajo para sobrevivir de algo, un hogar...

Ese que había aspirado desde que era muy chico, ese que iba a notar por toda su vida hasta que llegara su muerte y por fin se acabará su tortura en el mundo, ese que lo hacía añicos cada que llegaba a sus fosas nasales y lo hacía darse cuenta de la triste vida que tenía.

Ese olor a soledad.

Aquel que se acababa al llegar debajo de ese puente y encontar al pequeño rubio acurrucado en una manta desgastada en el suelo, aquel que desaparecía al sentir los brazos del niño rodearlo con alegría por su regreso, aquel que moría al ver a su hermano sonreír, al apreciar que Gus estaba bien.

Pero, aparte del olor... También existían los recuerdos borrosos de aquella noche que, según como Pogo lo recuerda, había sido el causante de que ese horrible olor existiera para él.

La horrible noche en la que su casa ardió en llamas junto a su hermosa familia, junto a su alegría y compañía.  Dónde su cariñosa madre había sido asesinada frente a ellos, dónde su pequeña Danielle había sido atrapada por las llamas y donde solo él junto a Gustabo se habían logrado esconder de aquellos que los perseguían al salir de lo que era su hogar.

/..../..../..../..../

Pogo sentía su respiración agitada, la ansiedad y el miedo consumían al joven mientras que con terror sostenía al pequeño rubio y a la pelirroja en sus brazos con fuerza. Su madre había recibido un disparo frente a él, yacia en el suelo sin vida entre su propia sangre.

- ¿Mami?...- el murmuró temeroso de Gustabo se escucho fuerte en sus oidos, los acercó con fuerza a ambos a su pecho sin querer que vieran la escena. Sin embargo, el pelirrojo mantuvo su vista al cuerpo de su madre, lágrimas se retenían en sus ojos y su vista se nublaba, aún escuchaba el zumbido de la bala y la risa del hombre que los miraba con ira.

- No miren... No miren...- repetía una y otra vez a los dos pequeños que temblaban contra él. Él también lo hacía, pero no podía flaquear al proteger a sus hermanos.

El hombre se acercó a ellos, rápidamente se alejo lo más que pudo con sus hermanos en brazos. Lastimosamente, no fue lo suficientemente rápido para evitar que él le quitará a la pequeña Danielle de sus brazos.

"¡Dani!"

Grito fuertemente al verla ser tirada del brazo por el hombre, las lágrimas corrían de las mejillas rosadas y pecosas de la niña. Gritaba y pataleaba en los brazos del hombre, busco a su madre y al verla se quedó inmóvil lo que hizo sonreír al de máscara de calavera.

Pogo intento correr y tomar a su hermana, lo intento, de verdad que lo hizo... Pero el ser tan despiadado que tenía enfrente la había lanzado sin pensarlo hacia el fuego.

Cayó al suelo.

Sus rodillas pegaron fuertemente contra el piso y su respiración se fue por completo durante unos segundos, se sostuvo como pudo con sus manos en el frio suelo.

El llanto de Gustabo retumbaba en sus oidos y los gritos de dolor de Danielle lo carcomian.

¿Dónde carajo estaba su padre?

¿Dónde estaba el maldito señor?

¿Dónde estaba quien había prometido protegerlos?

Con la tristeza, adrenalina, ira y demás, saco las fuerzas necesarias para levantarse y volver a tomar al rubio en sus brazos.

- Oh, no... No los dejaremos ir.

Escucho la voz del mounstro que había asesinado a las mujeres que más amaba en la vida. Su ceño se frunció y las lágrimas al fin salieron.

- Jack sabrá lo que es la... Traición...

Con eso se decidió a correr. Correr por su vida y por la de su hermano, correr por instinto mientras se lamentaba haber Sido un inútil y no salvar a su mamá o a su hermana.

Odiandose con cada paso que daba.

Odiandose por la eternidad por no haber podido hacer algo.

Pero... Principalmente, odiando a su padre por no estar ahí.

/..../..../..../..../

Se sentó en la cama con brusquedad, sostuvo su cabeza entre sus manos al sentir un fuerte zumbido en ella. Jadeaba en busca de aire, su corazón latía fuertemente y dolía demasiado.

La puerta fue abierta pero no pudo concentrarce en ver quien era, solo buscaba como conseguir oxígeno para sus pulmones nuevamente.

-Ey, ey, tranquilo -reconocio la voz de su hermano a su lado. El rubio lo tomo de las mejillas e hizo que lo mirara a los ojos- respira conmigo, vamos...- Inhaló y exhaló al ritmo del menor hasta que por fin se tranquilizó por completo.

- ¿De nuevo las pesadillas?

Ojalá fueran malditas pesadillas...

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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