Capítulo 9: También Queremos Ir

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KOSMOS

GUERRA POR LA EXISTENCIA

Capítulo 9: También Queremos Ir.

Cansados y casi arrastrando los pies, los chicos llegaron al pueblo.

Ellos pasaron a través del portón y los guardias observaron con emoción como Christopher, Sebastián, Mathias y Christopher llevaban partes de una bestia mágica. Era un orgullo observar el crecimiento y progreso de futuros aventureros.

–Van por buen camino. –Dijo el primero de los dos guardias quienes estaban frente al portón, cuidándolo.

–Ellos serán muy buenos aventureros. –Le siguió otro de los guardias. –En especial las niñas, ni siquiera Lord Alexander puede con ellas. –Refiriéndose a que hasta Alexander cargaba los materiales mientras ellas estaban esplendidas, sin nada de asquerosidades en sus manos.

Por otro lado, los chicos notaron algunas cosas como, por ejemplo: hoy estaban montando guardia dos humanos a quienes no habían visto hasta ahora y que el pueblo estaba muy ajetreado pues muchas personas corrían de aquí para allá, perfeccionando sus posibles y nuevas fuentes de ingresos.

Finalmente llegaron a la casa de la familia Hope y dejaron las partes del Ciervo de Astas Eléctricas en una de las cajas frías, heladera, las cuales eran usadas para almacenar comida y que estas no se estropeen.

En este caso hicieron eso porque recién al amanecer limpiarían las partes correctamente y no querían que tuvieran olor.

Mientras que Selestia observaba las partes que ellos habían cazado, se pudo ver a Christopher charlando con su madre, riendo y apuntando hacia las niñas.

...

–LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO, LAS AMO.

Valentina enloqueció de amor, tanto que por unos momentos se había olvidado que tenía un hijo. Apartándolo caso de una patada y lanzándose por las chicas, abrazándolas y llenándolas de tanto amor.

Christopher cumplió con lo que había dicho y comentó a su madre a cerca del deseo de las chicas tienen sobre cuidar la naturaleza. Como Alexander lo había comentado sin querer, Valentina enloqueció de amor.

Tanto a Selestia como a Anita las estaba mimando entre besos en la mejilla, abrazos y caricias.

Anita estaba totalmente roja pues que la bella Lady de Gignit la tratara de esta manera era algo que no se lo esperaba, pero para estaba nada disgustada con la situación. Mientras que Selestia dejaba ver una sonrisa repleta de felicidad.

¿Por qué alguien siquiera pensaría mal de ella? La niña admira e idolatra totalmente a Valentina, desde su punto de vista era alguien en quien deseaba convertirse, entonces recibir mimos y afecto de parte de quien tanto idolatra era algo que disfrutaría con toda el alma.

–Mis niñas, ya sabía que Selestia es una linda angelita, y ahora sé que Anita también eres una. Me muero de amor por las dos. –Ella tomó asiento en el sofá tras ella, con las niñas en su regazo y abrazándolas, Selestia en el derecho, Anita en el izquierdo y Diana en el medio.

–En verdad las amo tanto, me alegra demasiado saber que aún hay personitas como ustedes que se preocupan por el del bosque. –Se dedicaba a frotar su bello rostro en contra de las cabezas de las tres quienes estaban felices. –En el pueblo necesitamos más niños como las dos.

–Por otro lado. –La actitud de Valentina se tornó bastante fría al momento en que desvió la atención hacia los otros tres, hacia los chicos, y les clavó una fría mirada. –Ustedes, ¿por qué no pueden ser así?.

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