23

123 39 0
                                    

La criatura dentro del cuerpo de Yoongi se movió con una calma inquietante, su presencia envolviendo por completo a Jimin. Cada gesto parecía premeditado, como si ya conociera cada rincón de su ser y tuviera el control absoluto. La presión que emanaba de él era palpable, una sombra que se cernía sobre Jimin, ahogando cualquier intento de resistencia. No había escape.

Con un movimiento lento y preciso, la criatura introdujo el huevito, una acción que hizo que Jimin se arquease involuntariamente, su espalda tensándose en respuesta. La sensación fue una ola de calor y frío que recorrió su cuerpo, dejando un escalofrío en su piel. Pero no había espacio para el rechazo. La criatura lo había marcado como suyo, controlando cada fibra de su ser, cada pensamiento, cada impulso.

El rostro de Yoongi, distorsionado por la posesión, mostraba una sonrisa fría, casi mecánica. Sus ojos, oscuros y penetrantes, no dejaban duda de quién estaba al mando ahora. En silencio, se acercó a Jimin, su aliento rozando su piel, antes de capturar sus labios en un beso profundo. Era un beso que no pedía permiso, que no dejaba lugar a preguntas, solo a la aceptación de lo inevitable.

Jimin, perdido en la intensidad del beso, apenas notó cómo la criatura tomaba el control total de su cuerpo, guiando sus movimientos con precisión. Cada roce, cada gesto, era un recordatorio de su impotencia, de su total sumisión. Los movimientos de la criatura eran meticulosos, como si estuviera siguiendo un plan detallado, uno del que Jimin no entendía la magnitud, pero que su cuerpo ya comenzaba a aceptar sin reservas.

La sensación de ser completamente dominado lo envolvía. No había espacio para dudas, para frenar lo que estaba ocurriendo. El futuro ya estaba escrito, y él era solo una pieza en un juego mucho más grande, mucho más oscuro.

—Yoon... —gimió Jimin, apenas capaz de pronunciar su nombre entre los susurros y el peso de la situación.

—Dime Suga. —la voz de la criatura se deslizó en su oído, suave, como un comando. —Quiero escuchar ese nombre, Jimin, quiero que me llames así.

—Su... Suga. —Jimin susurró, sin poder evitarlo, su voz temblorosa, quebrada por el poder que lo rodeaba.

La criatura, satisfecha con su respuesta, lo besó nuevamente, apretando su cuerpo aún más contra el de Jimin. La cercanía, el calor, la presión de su piel, todo era una mezcla de sensaciones que Jimin no podía comprender ni controlar. Sus ojos permanecían cerrados, inmerso en un torbellino de emociones que lo desbordaban, sin entender qué estaba sucediendo, pero sabiendo, sin lugar a dudas, que ya no había vuelta atrás.

The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora