-Enserio Helena? vas a hacer como si no hubiera pasado nada entre nosotros?
-Ya no te reconozco
Hola soy Helena Hener, hija de un amigo íntimo de ward cameron y una kook , aunque hubiera una diferencia de edad un poquito grande la gente nos miraba...
Helena se aparta de Rafe, cruzando los brazos sobre su pecho como si intentara protegerse del peso de su mirada. Él sigue de pie frente a ella, su cuerpo tensado y sus ojos fijos, brillando con una mezcla de frustración y algo más oscuro que ella prefiere no identificar.
Helena.- ¿Y si... solo intentamos ser amigos? -propone con cautela, rompiendo el silencio que los envuelve-. Nada de esto... solo amigos, Rafe.
Él frunce el ceño, y su mandíbula se tensa visiblemente. La palabra parece irritarlo, como si ella acabara de golpearlo donde más le duele.
Rafe.- ¿Amigos? -repite, su voz baja pero cargada de incredulidad-. ¿Eso es lo que quieres, Helena? ¿Que actúe como si no sintiera nada por ti? ¿Como si pudiera mirarte sin pensar en lo que realmente quiero?
Helena da un paso hacia atrás, intentando crear distancia entre ellos, pero Rafe la sigue de inmediato, cerrando el espacio que ella trata de ganar. Su altura y su presencia imponente la hacen sentir atrapada.
Helena.- Sí, Rafe. Amigos. Sin peleas, sin esta... tensión constante. Es lo mejor para los dos.
Él suelta una risa seca, pero no hay humor en ella. Su mirada es intensa, como si quisiera atravesarla con los ojos.
Rafe.- Joder no puedo creer que digas eso. -su tono es grave, con una furia contenida que lo hace sonar aún más amenazante-. ¿Amigos? Tú y yo no somos amigos, Helena. Nunca lo fuimos, y nunca lo seremos.
Helena.- ¿Por qué no? -replica con un tono desafiante, aunque su voz tiembla ligeramente-. ¿Por qué no podemos simplemente ser normales o por lo menos intentarlo?
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Rafe se acerca aún más, hasta que su rostro queda a centímetros del de ella. Su respiración es pesada, y su mandíbula sigue apretada, marcando cada línea de su rostro.
Rafe.- ¿Normales? -susurra con un tono que la hace estremecerse-. No hay nada normal en nosotros, y lo sabes. Cada vez que estás cerca, siento como si me arrancaras el aire. ¿Quieres que me quede ahí, como si no quisiera tocarte, besarte, tenerte? No puedo, Helena. No voy a fingir que esto no existe.
Helena intenta hablar, pero Rafe la interrumpe, sus ojos ardiendo con una mezcla de ira y deseo.
Rafe.- Pero si eso es lo que quieres... -dice con un tono sarcástico, inclinándose un poco hacia ella-. Está bien. Seremos "amigos". Pero no creas que eso cambia lo que siento por ti. Y no creas, ni por un segundo, que voy a verte con otro sin hacer algo al respecto Helena.
Helena siente cómo su corazón se acelera, pero se obliga a mantenerse firme, aunque su cuerpo tiembla bajo la intensidad de sus palabras.
Helena.- No puedes controlarme, Rafe. Ni que fuera tuya. -le dice, intentando sonar segura, aunque sabe que sus palabras apenas tienen peso.
Rafe sonríe, pero no hay calidez en su gesto. Su mano se apoya en la pared, justo a un lado de su cabeza, encerrándola sin tocarla.
Rafe.- No, no eres mía. -admite con una voz baja y peligrosa-. Pero eso no significa que voy a dejar que alguien más te tenga. Si quieres que seamos "amigos", está bien. -hace una pausa, inclinándose lo suficiente para que su aliento roce su piel-. Pero sabes tan bien como yo que esto no va a durar cariño.
Helena traga saliva, sintiendo cómo sus defensas empiezan a desmoronarse. La intensidad de Rafe siempre ha sido su punto débil, y él lo sabe.
Rafe.- Llámalo lo que quieras, Helena. Amigos, conocidos, lo que sea. Pero tú y yo... -susurra mientras su mirada recorre su rostro con una intensidad abrasadora-. Nunca seremos solo eso. Y cuando llegue el momento, tú también lo aceptarás guapa.
Helena cierra los ojos, sintiendo el peso de sus palabras, pero antes de que pueda responder, él da un paso atrás, soltándola de su prisión sin perder el contacto visual. Su sonrisa arrogante vuelve a aparecer, pero hay algo peligroso en su expresión.
Rafe.- Así que sí, podemos ser amigos... por ahora. Pero recuerda esto, Helena: soy el único que realmente te conoce y sabe tus puntos débiles , por donde te gusta etc. Y no pienso renunciar a ti asi de facil, sin importar cómo quieras llamarlo.
Con eso, Rafe se gira y se aleja unos pasos, dejándola apoyada contra la pared, con el corazón latiendo con fuerza y un nudo en el estómago. No puede negar que, pese a todo, una parte de ella sabe que tiene razón.
