La venganza de los Riddle

48- Festejo de libertad

POV MORGAN

En cuanto el caso se cerró, todos llegaron a abrazarme y a festejar. 

— Tenemos que sacarlos de aquí —me informó un guardia. 

— Aunque quedan absueltos de todos los cargos, me temo informarles que en este momento, el ministerio de magia no es el lugar más seguro para ustedes, así que les pediré que me acompañen, necesitamos ponerlos en un lugar más seguro por el momento —todos seguimos al ministro interino. 

El hombre nos llevó hasta su oficina, en la cual se encontraba un traslador, para llevarnos de vuelta a Hogwarts.

Una vez que estábamos en la sala común de Slytherin, decidimos festejar nuestra libertad, aunque eran las 12 de la noche.

— ¡Lo lograste! 

— Les dije que lo haría, pero nadie me creyó cuando dije que lo haría. 

— ¡Yo nunca dude de ti! —me informó Regulus abrazándome con mucha fuerza.

Para cuando este se separo de mi, Matheo me cargó entre sus brazos y dio varias vueltas de la felicidad, luego se detuvo y me bajo de sus brazos. 

— ¿Cómo lo conseguiste? —me preguntó, aun sin separarse por completo de mí.

— ¿No vieron la transmisión?

— Si la vimos —me informó Draco.

— Me refiero a que como conseguiste manipular tus recuerdos. 

— ¿Cómo sabes que los manipule? 

— ¿Olvidas que nosotros estuvimos contigo en la mayoría de ellos?  —negué ante la pregunta de Draco— era obvio que nos daríamos cuenta de que tus recuerdos estaban alterados. 

— Era la única manera de salvarlos a todos. 

— Te arriesgaste mucho al hacer eso —me regaño levemente mi hermano. 

— Pero valió la pena. 

— ¿Qué hubiera pasado si hubieran descubierto lo que hiciste? 

— Es seguro que no estaríamos teniendo esta conversación —respondí con tranquilidad— pero da igual eso. Deberían de estar felices de que las cosas salieran bien.

— ¿Cómo se te ocurrió manipular todos tus recuerdos? —me cuestionó Matheo, el cual aun seguía a centímetros de mi cara.

— Lo pensé desde que me dijeron que no podía hacerlo —confesé y todos me miraron mal— pero no lo hubiera logrado sin ayuda. 

— ¿Quién pudo haberte ayudado? —me cuestionó Matheo— porque estaré sumamente agradecido con ese mago para el resto de mi vida.

— ¿Oh, de verdad? —lo cuestioné con una gran sonrisa en la cara. 

— Si, siempre estaré en deuda con ese mago ¿Quien fue?

— Fui yo. 

Matheo se tensó y al ver la cara que tenía, apreté mis labios, para evitar sonreir más de la cuenta. Matheo se separó lentamente de mi, para después girarse hacia donde había provenido la voz.

— ¿De verdad estarás agradecido por el resto de tu vida conmigo? ¿o es pura mentira?

— No lo obligues a responderte eso —le pedí a Bellamy, el cual estaba recargado en el marco de la puerta. 

— Me da curiosidad escuchar su respuesta. 

Todos observamos a Matheo. 

— ¿Cómo pudiste ayudarla tu? Si todo el tiempo estuviste en el mismo salón que nosotros, a lado de Potter.